DECLARACIÓN. Más de 40 organizaciones emitieron una declaración de 26 puntos, en la que exigen acciones para preservar el agua. La sequía y la contaminación son los principales problemas.
La elaboración de una ley del agua, priorizar el uso del agua para el consumo humano, aumentar el presupuesto para el sector, reconocer el agua como sujeto de derecho y que se declare decenio de la protección de las zonas de recarga hídrica, son parte de la declaración de 26 puntos que surgió del Encuentro Nacional por el Agua y la Vida. El documento fue firmado tras dos días de análisis y debates en el municipio potosino de Vitichi, al cual asistieron más de cien representantes de al menos 41 organizaciones e instituciones de la sociedad civil, las que son miembros y aliadas de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC), organizadora del evento nacional.
En la primera jornada, los participantes -entre los cuales se encontraban líderes y lideresas indígenas de tierras altas y bajas, campesinas, jóvenes y ambientalistas de los nueve departamentos- hicieron conocer la problemática que viven en sus regiones y territorios en torno al agua. El problema común que identificaron fue la sequía y la contaminación de ese recurso, principalmente por la actividad minera.
“Alarmados porque la actividad se ha convertido en una preocupación nacional pues está afectando las vertientes, ríos, lagunas y lagos de todo el país, y ante la de necesidad de generar unidad para luchar de forma conjunta y articulada para defender la vida de los seres humanos y de los otros seres de nuestros ecosistemas”, señala una parte de la declaración.
En esta actividad están grandes intereses económicos y políticos, que gozan de protección desde las instancias gubernamentales que no regulan y asumen acciones que puedan frenar la contaminación por el crecimiento de la actividad minera en todos partes del país. Además, “está vulnerando los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas originarias, pero sobre todo de las mujeres indígenas y originarias que están amenazadas de muerte en algunos territorios”.
“Convocados por nuestra profunda preocupación por el agua y la vida, conscientes de que lo que nos une hoy es la defensa de la vida y el agua, porque tenemos claro que defender el agua es defender la vida, nos hemos reunido con el objetivo de elaborar una agenda social del agua para trabajar de forma conjunta y en unidad”, señala el documento.
Los participantes manifestaron estar conscientes de que la problemática de la falta de agua está estrechamente relacionada con la deforestación y con el cambio climático, por ello lamentan que los problemas del uso y aprovechamiento de ese recurso aún no hayan sido resueltos, así como la ausencia de una institucionalidad participativa y regulatoria para todos los usos. Por éstas y otras razones, emitieron la declaración cuyos 26 puntos recogen sus demandas.
Cumpliendo el objetivo del evento nacional de construir una agenda del agua pactaron en realizar encuentros regionales en el altiplano, valles, Amazonía y Chaco/Chiquitanía, para continuar el análisis desde las experiencias locales y plantear acciones. Por otra parte, manifestaron su disposición a sumarse a las luchas de los diferentes territorios en defensa del agua y la vida. Entre las cuales están: la lucha de las organizaciones sociales de Cochabamba por el respeto a la gestión social, comunitaria y autogestionaria del agua, del rio Pilcomayo, Antequera, Poopó.
Dieron su respaldo y apoyo a la lucha de los pueblos de Vitichi frente a la contaminación minera que les afecta desde hace décadas y que está llevando a una reducción de su producción frutícola, lo que se traduce en la migración de sus pobladores.