RESIDUOS. “Santa Cruz de la Sierra Recicla” es el programa de recuperación de residuos reciclables que pone a los recolectores de base como protagonistas. En los próximos días se iniciará una campaña de sensibilización en diferentes zonas de la ciudad.
Seamos parte del cambio. Ese es el desafío de Santa Cruz de la Sierra Recicla, el programa de recuperación de residuos reciclables, que arrancó hace unos meses en Santa Cruz de la Sierra y que impulsa un proceso de economía circular, para que cientos de toneladas de materiales tengan un nuevo uso y no terminen, como sucedía hasta hace poco, en el vertedero.
Los principales protagonistas de este proceso son los recolectores organizados en asociaciones y que hoy están a cargo de centros de acopio, ubicados en puntos estratégicos de la ciudad. Una organización que se inició bajo la conducción de la Fundación Amigos de la Responsabilidad Social Empresarial (Amigarse), con el apoyo de SwissContact, Fundación Coca Cola y el Fondo Canadiense para Iniciativas Locales (FCIL) de la Embajada de Canadá, que han permitido dotarlos de equipos adecuados para su trabajo, como las motocargo en las que realizan sus recorridos y balanzas, para tener un control certero y adecuado de lo que logran recuperar al final de cada jornada, además de herramientas y equipo de protección personal.
Todo esto en el marco de una alianza con la Empresa Municipal de Aseo Urbano de Santa Cruz (Emacruz), que incluyó la recolección diferenciada de estos productos en su nuevo plan de limpieza urbana y forma parte del programa municipal de recolección de residuos sólidos con un enfoque en la inclusión. Por ello, dos camiones acompañan a los recolectores en su recorrido diario, para el que se han establecido rutas de lunes a sábado, donde los vecinos pueden entregar su material seleccionado y separado de los residuos orgánicos, con la certeza de que tendrán una adecuada disposición y podrán ser incorporados a un nuevo ciclo productivo, es decir, tendrán una nueva vida.
Hoy sólo se recupera el 8,6% de los residuos sólidos reciclables. La meta de Amigarse es llegar al 20% en 2030, afirma su director, Heiver Andrade.
Los colores son importantes
Los recorridos arrancan a las 7 de la mañana. Con la ruta marcada, los recolectores van pasando por domicilios, empresas, edificios y todo tipo de instalaciones, para identificar los residuos reciclables. Bajo el lema “Santa Cruz de la Sierra Recicla”, la invitación es a que los vecinos puedan colocar estos materiales en bolsas de cualquier color, excepto negro, que queda destinado exclusivamente a la basura orgánica, la cual continúan con el recojo habitual para su disposición final en el vertedero.
Así pueden ser trasladadas en los camiones hasta los centros de acopio, que se identifican por colores: azul, rojo, verde y naranja, los mismos que identifican el sector que cada grupo recorre. Cada uno cuenta con apoyo de dos camiones y tiene asignada una zona de la ciudad: sur, este, oeste y norte, respectivamente. Además, está la zona lila, donde se ha organizado otro grupo de recolectores. Al final de cada semana, en cada uno de estos sectores se cubren alrededor de cien barrios.
Los vecinos deben separar sus residuos reciclables y dejar la bolsa en el lugar habitual de recojo, priorizando los canastillos o contenedores que tengan cerca de sus casas.
Las primeras semanas han permitido detectar los problemas e identificar oportunidades de mejora, como el ajuste de algunas rutas. En los próximos días se iniciará una campaña intensiva de sensibilización, con un trabajo “puerta a puerta” para explicar a los vecinos cómo pueden sumarse a esta revolución del reciclaje.
El camino es circular
El material que llega a los centros de acopio, es seleccionado para su posterior venta a empresas que vuelven a usarlo como materia prima para la fabricación de nuevos productos. De esta forma, se avanza e impulsa procesos de economía circular. El camino apenas comienza y el objetivo es consolidar el reciclaje inclusivo, para luego ser un “municipio circular”. Las cifras marcan el desafío. Santa Cruz de la Sierra genera 1.942 toneladas de basura al día y apenas se recupera el 8,6% de material reciclable, de acuerdo a un estudio que sirvió de línea base para arrancar este proceso.
El sueño de la empresa
La consolidación de los centros de acopio fue fundamental para arrancar en esta fase de la “revolución del reciclaje”, como la denomina el director de la Fundación Amigarse, Heiver Andrade, para quien las alianzas son vitales. El trabajo junto a Swisscontact lleva varios años y la iniciativa de “0” plástico de Coca Cola, es un motor importante. En los últimos meses se sumó la cooperación canadiense, que permitió avanzar con los centros del sur y este de la ciudad.
En cada uno de estos centros, se han organizado asociaciones con visión empresarial. El trabajo es cooperativo y de beneficio colectivo, con estatutos y reglamentos claros. “Hoy, dos de los cuatro centros de acopio ya cuentan con personería jurídica, el siguiente paso es convertirse en una empresa circular. Ese es el sueño de Amigarse, ver convertidos a los recolectores en empresarios”, afirma Andrade.
El primer paso, ha sido organizarse para ser parte del nuevo programa de recuperación de residuos reciclables. Deben cumplir jornadas de ocho horas, con un horario y ruta preestablecidos, y concluir cada jornada con el registro del material recuperado. Amigarse cuenta con un software “a medida” para llevar los inventarios de estos residuos, el que fue financiado por Swisscontact y que “nos dará datos frescos de los impactos que genera el proceso, pero -fundamentalmente- de la contribución del recolector de base, en tiempos donde el planeta está preocupado por intentar que la materia prima permanezca el mayor tiempo posible en el mercado, lo que significa además un ahorro de energía y agua y una menor contaminación del aire”.