PROGRAMA. Contempla un financiamiento de 118.5 millones de dólares y se desarrollará en municipios de Cochabamba, La Paz y Chuquisaca.
Fortalecer la gestión del riesgo climático en el sector vial y mejorar la resiliencia climática y la seguridad de puentes y tramos de carreteras en el país, es el objetivo de un préstamo por 118,5 millones de dólares que aprobó el Banco Mundial para Bolivia.
El país ocupa el décimo lugar en el Índice de Riesgo Climático Global y en los últimos años ha sufrido daños significativos debido a eventos extremos como altas temperaturas y precipitaciones intensas, con consecuentes deslizamientos e inundaciones, que generaron un impacto económico y social considerable.
Por ello, el organismo multilateral financiará el Programa de Resiliencia Climática del Sector Vial que beneficiará a más de 165.000 habitantes de los municipios de Chimoré e Ivirgarzama en Cochabamba, Guanay en La Paz, y Monteagudo en Chuquisaca, así como a peatones, conductores privados y de transporte público de aproximadamente 9.000 vehículos que utilizan estas vías y puentes cada día.
Asimismo, entidades nacionales involucradas en la gestión de activos viales y la seguridad vial -incluida la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), ejecutora del proyecto- recibirán capacitación en temas como vulnerabilidad de la infraestructura y acciones de mitigación de los efectos del cambio climático, entre otros.
“El Banco Mundial tiene experiencia global en el sector del transporte y en la mejora de la infraestructura vial para hacerla más segura y resiliente a los fenómenos climáticos. Esa experiencia nos dice que cuando las carreteras y puentes se construyen con un enfoque resiliente, estamos salvaguardando la vida y el bienestar de los usuarios y poblaciones cercanas y evitando gastos de reconstrucción al país”, afirmó Camille Nuamah, representante residente del Banco Mundial en Bolivia.
El monto aprobado corresponde a un préstamo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), con un plazo de vencimiento de 25 años y un periodo de gracia de 14 años.
El proyecto que se desarrollará en el país, tiene dos componentes principales. El primero apunta al desarrollo institucional y generación de capacidades en gestión del riesgo climático en el sector vial de Bolivia. Incluye un diagnóstico exhaustivo de los riesgos climáticos, las prioridades de resiliencia climática y las capacidades institucionales de todas las instituciones que administran la red vial nacional, y una estrategia para mejorar la respuesta eficaz a los retos actuales y futuros en este ámbito.
El objetivo es que se desarrollen capacidades en los equipos de las diferentes instituciones, lo que permitirá ir incorporando paulatinamente estos criterios en los nuevos proyectos que se diseñen y ejecuten. Además, se sumarán a las exigencias que ya establece el organismos internacional en materia ambiental y social.
El segundo componente apoyará la ejecución de tres subproyectos que serán construidos con un enfoque de resiliencia ante desastres climáticos, para reducir el riesgo de posibles incidentes en tramos clave de la Red Vial Fundamental.
La carretera Chimoré-Ivirgarzama, en un tramo de 32 kilómetros, que se completará para hacerla una vía de doble calzada, incluyendo un nuevo puente y sus accesos, el reemplazo de alcantarillas, acceso al viaducto existente y puentes peatonales.
En La Paz se trabajará en el puente Guanay de dos carriles y de aproximadamente 200 metros de largo, minimizando las vulnerabilidades climáticas y maximizando las medidas de seguridad vial, a fin de prevenir futuros incidentes, tomando en cuenta el alto nivel de urbanización en la zona.
También se trabajará en el tramo III Molino-Monteagudo, de aproximadamente 13 kilómetros, que incluye la rehabilitación de un tramo existente y la construcción de un nuevo camino rural, una circunvalación, para evitar el ingreso de los vehículos al área urbana. Se encuentra en una zona de riesgo de deslizamientos de tierra, donde los cortes de ruta, los daños y las interrupciones del tráfico son frecuentes y significativos, con los consiguientes perjuicios para la población.
Asimismo, el programa incluye obras y actividades a nivel municipal, en las que al menos la mitad de las inversiones se destinarán a prioridades definidas por las mujeres de las comunidades, apuntando a promover su empoderamiento económico, inclusión social y prevención de la violencia de género.
Foto principal: Las carreteras bolivianas sufren el impacto de los fenómenos provocados por el cambio climático.