Machángara, el río que se ganó el derecho a ser protegido en Ecuador

FALLO. La justicia determinó que es sujeto de derecho. En algunos sectores del curso, el oxígeno en el agua apenas alcanza al 2%.

El río Machángara es el receptor del 98% de las aguas residuales de Quito, la capital de Ecuador, que se originan en las viviendas e industrias de la ciudad y son vertidas sin ningún tratamiento previo, además de arrastrar toneladas de basura.

Por ello, varias organizaciones civiles de ese país, presentaron una demanda al municipio, logrando que deje de ser considerado sólo un recurso natural para transformarse en un sujeto de derecho. Una sentencia judicial dictaminó que la contaminación de sus aguas atenta contra lo establecido en la Constitución Política del Estado.

De acuerdo al sitio SciDev.Net, la demanda presentada por unas 40 organizaciones sociales, incluyó informes que afirmaban que la contaminación del río afecta derechos fundamentales y también buscó salvaguardar las 54 quebradas y riachuelos que lo nutren.

Finalmente, la justicia determinó la responsabilidad del Municipio de Quito en las vulneraciones de los derechos de la naturaleza ordenando que se inicie un plan integral de descontaminación para reducir las descargas de agentes de contaminación, restaurar las riberas y la vegetación de áreas degradadas, con participación ciudadana.

El río debe salvarse

Ubicada a los pies del Monte Pichincha, Quito está dentro de quebradas que conducían agua, pero fueron cerradas. En épocas de lluvia, esto generó aluviones y deslaves. “No es fácil volver a abrirlas, pero deben ser integradas al funcionamiento de la ciudad. Hoy son empleadas como basureros, como el patio trasero”, explicó María Samaniego, presidenta del Colegio de Arquitectos de Pichincha, destacando que el problema sobrepasa a los programas municipales de mantenimiento y debe comprometer a la ciudadanía.

Titi Reyes, experta en política pública municipal, y testigo en la demanda, explicó que “lo que busca esta acción de protección es la sostenibilidad de este proceso en el tiempo. La sentencia permitirá que, independientemente de quién ostente la alcaldía, la descontaminación del río deba estar incluida en cada plan de gestión del Municipio para evitar que los proyectos se queden estancados”.

Oxígeno casi inexistente

El equipo legal que respaldó la demanda -encabezada por el grupo indígena Kitu Kara, grupos sociales e investigadores locales- basó su presentación en informes de investigadores locales que revelan que solo es tratado el 1,8% del caudal residual que recibe el río. En ciertos tramos, los niveles de oxígeno del agua alcanzan apenas el 2%, muy por debajo del 80%, el mínimo necesario para la vida animal y vegetal.

Además, arrastra toneladas de basura que bajan de quebradas y laderas, según la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza (GARN). Considerado como “un ente dador de vida”, el río es parte de la cosmogonía quiteña y a su alrededor la gente se reunía en sus orillas para disfrutar la naturaleza y realizar actividades cotidianas.

“En la formulación de la demanda aportamos muchos investigadores quiteños. Los datos sobre la presencia de virus que generamos son impactantes. Detectamos 26 especies virales que afectan a los humanos y otro tanto que afectan a los animales y a las plantas”, dice Blanca Ríos-Touma, del Grupo de Investigación en Biodiversidad, Medio Ambiente y Salud, de la Universidad de las Américas (UDLA), Ecuador.

Sostiene que el agua del río es “prácticamente agua de alcantarilla; la contaminación excede al menos siete veces los parámetros permitidos” y afirma que “lo más devastador es constatar la pérdida de casi todos los grupos de insectos acuáticos”.

No es la primera vez

Dos ríos ecuatorianos ya habían adquirido el estatus de sujeto de derecho con anterioridad en Ecuador ante demandas de la sociedad civil. En 2011, el río Vilcabamba, en la provincia de Loja, incrementó su caudal por la presencia de material de excavación, produciendo daños a terrenos colindantes.

El otro caso fue el del río Alambí, en Pichincha, en junio de 2023, cuando una sentencia frenó el proyecto hidroeléctrico La Maravilla. No se había realizado la consulta, ni se conocía su impacto ambiental.

Fuente y foto principal: SciDev.Net

Estudiantes de la Universidad de las Américas, de Ecuador, participaron en el análisis y toma de muestras del río Machángara. Crédito: Xavier Amigo.