CUENTO. El libro número 21 de César Herrera se presente este sábado. Un cuento que une culturas y generaciones.
Tonahuac es el protagonista de “El callejón de los alebrijes”, el nuevo libro del escritor cruceño César Herrera, inspirado en una leyenda de Ciudad de México y donde esos coloridos y fantásticos seres cobran vida en la inspiración y los trazos de niños bolivianos.
El cuento, que surgió con el apoyo de la Embajada de México en Bolivia y fue editado bajo el sello de Editorial La Hoguera, será presentado este sábado en la Feria Internacional del Libro de La Paz.
“El callejón de los muerteros”, el lugar donde nacieron y se popularizaron los alebrijes, inspiró a Herrera. Tonahuac llegará a buscar a Sepúlveda, el muertero al que todos conocieron anciano, para cumplir una misión.
“Los pequeños lectores tendrán que descubrirla. En sus hojas encontrarán la magia que existe en esta simbiosis entre la vida y la muerte, muy presente en la cultura popular mexicana”, afirma el autor.
El libro tuvo su génesis en un proyecto de diversas embajadas. El objetivo era que autores de alrededor de 30 países unieran sus historias. Por ello, desde la Embajada de México, contactaron a Herrera. El escritor tiene una larga relación con ese país, donde vivió y en el que ha encontrado una inagotable fuente de inspiración para sus historias, como la trilogía de Naica, ese lugar que surgió en su imaginación y que hace un tiempo pudo conocer en su versión real, en México.
Los aliados
El intento de avanzar en varios países, fracasó. No obstante, en Bolivia la idea siguió adelante y el escritor decidió presentársela a la Editorial La Hoguera, que se sumó al proyecto. La historia fue tomando cuerpo y determinaron apostar por la inspiración y el talento de los niños para ilustrarlo. La Embajada lanzó el concurso en cinco escuelas llamadas República de México, que se encuentran El Alto, La Paz, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz.
“Pedimos siete dibujos por escuela, pero llegaron 42. Al principio se iba a elegir uno por unidad educativa, pero terminamos incluyendo doce”, cuenta Herrera, mientras hojea el libro en una de las mesas de “La Mexicana”, el restaurante que administra en Samaipata y que es otra de sus conexiones permanentes con el país azteca.
Los pequeños, de 10 a 12 años, se inspiraron en el cuento, luego de que César lo compartiera con los profesores.
La gran cita
Herrera muestra orgulloso las ilustraciones que acompañan su texto. Jorge Aviña, un ilustrador mexicano, estuvo a cargo de la portada. En el interior destacan los dibujos de los niños bolivianos, los que participarán en un acto especial el próximo 16 de septiembre, con motivo de la Fiesta Nacional de México, y recibirán su ejemplar.
Herrera afirma que el libro cumplió a cabalidad el desafío inicial: crear una historia que conecte con la cultura mexicana. Además, abrió nuevas perspectivas para su trabajo, que ya suma 21 títulos, la mayoría dedicados al público infantil y juvenil.
“Ha sido un proceso muy especial. Quedé maravillado por todo el talento que hay. Nos ha gustado a todos, ya hemos charlado (con La Hoguera) sobre un proyecto futuro para volver a trabajar de esta forma, incluyendo a los niños”, afirma el autor.