PLANIFICACIÓN. El municipio impulsó la realización de un inventario en conjunto con otras instituciones. Esto permitirá planificar acciones para mitigar el descenso de las fuentes de agua en la zona.
“Esta problemática obedece a distintos factores. Hay nomás una crisis del agua. Los acuíferos se están secando y los ríos también. Entonces, esto lleva a una serie de problemas tanto en el uso doméstico, en el riego y para los animales. En mayor o menor medida, todo el municipio tiene dificultades”, afirma Octavio Quispe, exalcalde de Tiahuanacu.
Las declaraciones de Quispe se hicieron en el marco de la presentación del Inventario de Fuentes de Agua del Municipio de Tiahuanacu, el 6 de septiembre, un documento para comprender la situación actual de la oferta y demanda del recurso, su distribución, los tipos de usuarios que acceden al líquido potable y su gestión. De acuerdo a una nota publicada por la Fundación Tierra, el estudio surgió como respuesta a la preocupación de la población ante las sequías que se registraron en los últimos años como efecto del fenómeno de La Niña.
Según el documento, en Tiahuanacu existen 103 fuentes de agua que están conformadas por ríos, vertientes y ojos de agua, como fuentes superficiales (67) y pozos superficiales y profundos, como fuente de agua subterránea (36). Del total de las fuentes, 50 están destinadas a satisfacer las necesidades domésticas de la población, mientras que 23 están destinadas para el uso agrícola o pecuario. Las restantes 30 no están encausadas para ningún tipo de uso.
Cae el caudal
En la actualidad, algunas de las comunidades se enfrentan a una difícil situación por la disminución del caudal de agua tanto para el uso doméstico como agrícola, afectando no solo la calidad de vida, sino también la supervivencia de sus medios de subsistencia.
El problema se presenta, principalmente, en las comunidades que viven en las serranías, por lo cual sus habitantes comenzaron a migrar a las partes bajas del municipio. Eso es lo que sucede en la comunidad Centro Huacullani, donde habita Quispe. Allí los sistemas de agua potable aún funcionan, pero las vertientes que las alimentan están perdiendo caudal.
“Muchos vivían en la parte alta de la cuenca, pero ahora estamos yendo a la parte baja, cerca del lago, pero ni eso es garantía. La marea ha ido retrocediendo con los años. Quizás no es tan notorio, pero ya es un cambio tremendo para nuestras actividades cotidianas”, afirma Quispe.
Impacto en diversos sectores
La ganadería es la principal fuente de ingreso para parte importante de la población de Tiahuanacu. La falta de agua ha llevado a los campesinos a perforar pozos de hasta 40 metros de profundidad para obtener agua subterránea.
Asencia Pomacusi, de la comunidad Causaya, describe cómo la ganadería ha cambiado con el tiempo. Antes, se dedicaban a vacas pequeñas y a la producción de queso. Hoy en día, tienen vacas lecheras que requieren más agua, lo que pone más presión sobre los recursos disponibles. Esta crisis ha obligado a muchos a buscar soluciones creativas, como la cosecha de agua de lluvia para su uso durante los meses más secos.
“Tal vez, como en otros países, ya habrá que tener contaditos los animales para cuidar el agua. Vivo cerca del río y de ahí consumen agua las vacas, pero cuando no hay paso les hacemos tomar del bebedero que llenamos de lo que recibimos para nuestro consumo. De ahí tomamos juntos, el ganado y las personas”, explicó.
Asociaciones para mejorar la gestión
Frente a esta crisis, algunas de las comunidades de Tiahuanacu han conformado asociaciones para gestionar proyectos de recursos hídricos. Julio Maidana Murillo cuenta que en la comunidad Guaraya se han construido reservorios y están tecnificando el uso del agua mediante tuberías. Sin embargo, la falta de apoyo técnico y la contaminación de los ríos por la actividad de empresas han complicado aún más la situación.
“Antes había un río que proveía de agua a toda la población, entonces hay que dividir lo que hay entre más personas. Pero eso ya no abastece. Primero porque somos más familias, otro porque otros sectores desvían el agua», explica.
«Nuestros papás se han preocupado mucho de hacernos estudiar. Ahora yo me preocupo por lo que le voy a dejar a mis hijos o a mis nietos, y eso incluye el acceso al agua”, afirma Julio Maidana.
Quispe agrega que, aunque el cambio climático es uno de los motivos por los que no hay agua, también influyen las desviaciones que se hacen desde las cordilleras hacia ciudades como El Alto y La Paz, las que contribuyen a la disminución del caudal que llega al lago Titicaca, el cual ha retrocedido considerablemente.
La situación es aún más compleja con la contaminación, pues los ríos que alguna vez aportaron agua limpia, ahora devuelven aguas residuales a las comunidades.
“Lamentablemente nos sacan agua limpia y nos devuelven agua sucia, hay una injusticia hídrica. También influye la baja precipitación, antes llovía 600 a 800 milímetros, ahora 400 o 300”, remarca Quispe.
Pérdida de recarga hídrica
El inventario demuestra que la reducción de precipitaciones surge como consecuencia del cambio climático y la variabilidad climática. Inevitablemente conducen a la pérdida de recarga hídrica y reducción de los caudales de las vertientes, con implicancias sobre la dotación de agua para el consumo y riego, afectando la cobertura de estos servicios.
Las acciones comunitarias no solo buscan enfocarse en el manejo del agua para consumo humano, sino también en asegurar que el agua sea suficiente para el riego de los cultivos. La agricultura, junto con la ganadería, es una de las principales actividades económicas de la región.
La situación en Tiahuanacu es crítica y los habitantes saben que la escasez de agua podría empeorar en los próximos años, señala la nota de Fundación Tierra. Milton Blanco, un joven dirigente de la comunidad Huacuyo, menciona que las aguas subterráneas de los pozos que actualmente usan, podrían agotarse pronto. Además, la contaminación de los ríos que fluyen hacia el lago Titicaca es una preocupación constante, ya que las lluvias arrastran basura y contaminantes que terminan en las fuentes de agua utilizadas por las comunidades.
“Cuando era niño, había pozos llenos de agua, pero ahora se están secando. Hemos aprendido a identificar lugares de donde proviene agua, pero como nosotros no somos técnicos, tampoco somos del área, tenemos dificultades. En las zonas donde vivimos tenemos pozos perforados. De ahí consumen las personas y los animales y hay que ver cómo mejoramos”, afirmó el joven dirigente.
Inventario y planificación
La necesidad de una planificación a largo plazo es evidente y existe la premura de contar con datos propios sobre el uso y disponibilidad de agua, sin esperar que instituciones externas realicen estudios.
Para dar un primer paso, se construyó el inventario de fuentes de agua gracias al esfuerzo coordinado del Gobierno Autónomo Municipal de Tiahuanacu y el Concejo de Ayllus y Comunidades Originarias de Tiahuanacu (CACOT), con el apoyo técnico de la Fundación TIERRA.
Valerio Patti Quispe, Jacha Ejecutivo Cantonal de Tiahuanacu, resalta que el trabajo y capacitaciones que reciben los habitantes del municipio sobre el agua son importantes para poder planificar acciones a futuro.
“Hay comunidades que tienen aguas vertientes, pero hay otros sectores que no abastece mucho. Consideramos que es importante coordinar con el municipio y sus técnicos, con los representantes del CACOT para ver el cuidado del agua”, destaca.
La crisis del agua en Tiahuanacu es un problema que refleja no sólo los efectos del cambio climático, sino también la desigualdad en el acceso a recursos vitales. Sin embargo, la organización y el compromiso de los pobladores muestran que hay esperanza. Con más apoyo técnico y una planificación adecuada, es posible que Tiahuanacu pueda enfrentar los desafíos que el futuro le presenta.
Fuente / foto principal00: Fundación Tierra