La desigualdad salarial disminuye, pero no es suficiente para reducir las grandes brechas

TRABAJO. Hay una recuperación después de cinco años, pero los ingresos continúan concentrados y millones de personas no perciben un salario.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) proyecta que los salarios reales progresarán globalmente un 2,7 % este año, el alza más importante en 15 años. Sin embargo, esto «no compensará los desafíos estructurales acumulados en los pasados cinco años», advirtió el director general de la organización, Gilbert Houngbo.

«El retorno a un crecimiento positivo de los salarios reales es un avance positivo. Sin embargo, no debemos olvidar que millones de trabajadores y sus familias siguen padeciendo la crisis del costo de la vida que ha erosionado sus niveles de vida y que las disparidades salariales entre los países y dentro de ellos siguen siendo inaceptablemente altas», afirmó.

El organismo presentó el Informe mundial sobre salarios 2024-25: ¿Está disminuyendo la desigualdad salarial a nivel mundial?, que refleja que los avances son insuficientes y hay un desequilibrio en el reparto de los ingresos.

En la actualidad, más de 400 millones de personas en el mundo no tienen trabajo pero luchan por integrarse en el mercado laboral. A nivel mundial, uno de cada tres trabajadores no recibe un salario.

En la mayoría de los países de ingresos bajos y medios, priman trabajadores autónomos, que solo encuentran oportunidades de ganarse la vida en la economía informal. En este grupo, las más afectadas son las mujeres. Además, persiste una gran desigualdad entre los mejor y peor remunerados.

Según el informe presentado por la OIT, tras una caída a nivel global del 0,9 % en 2022, los salarios reales se recuperaron un 1,8 % el año pasado, aunque si se excluye de este cálculo a China -donde el rápido aumento de salarios tuvo un impacto significativo en la media mundial- el crecimiento fue del 1,3 %.

Para intentar compensar las pérdidas del último lustro muchos países han ajustado los salarios mínimos, pero los cambios «no han sido suficientes para alcanzar la inflación», explicó la economista. Agregó que en muchos casos la subida del IPC media no refleja que las mayores alzas de precios en sectores vivienda, alimentos o energía, que impactan más a las personas de menores ingresos.

El Informe mundial sobre salarios 2024-25: ¿Está disminuyendo la desigualdad salarial a nivel mundial?, establece que los trabajadores asalariados de Asia y el Pacífico, Asia central y occidental y Europa oriental experimentaron aumentos salariales reales a un ritmo más rápido que los de otras partes del mundo.

Desigualdad salarial persistente

A pesar de los avances recientes, los altos niveles de desigualdad salarial siguen siendo un problema acuciante. El informe muestra que, a nivel mundial, el 10% de los trabajadores peor remunerados gana apenas el 0,5% de la masa salarial mundial, mientras que el 10% mejor remunerado gana casi el 38% de esa masa salarial. La desigualdad salarial es mayor en los países de bajos ingresos, donde cerca del 22% de los trabajadores asalariados están clasificados como mal remunerados.

Las mujeres y los trabajadores asalariados de la economía informal tienen más probabilidades de estar entre los peor remunerados. Este hallazgo refuerza la necesidad de adoptar medidas específicas para cerrar las brechas salariales y de empleo y garantizar salarios justos para todos los trabajadores asalariados.

La desigualdad salarial es un fenómeno relevante en todos los países y regiones. Sin embargo, a nivel mundial, uno de cada tres trabajadores no recibe un salario. En la mayoría de los países de ingresos bajos y medios, la mayoría son trabajadores autónomos, que solo encuentran oportunidades de ganarse la vida en la economía informal.

Por este motivo, el informe amplía su análisis para incluir a los trabajadores autónomos en el caso de los países de ingresos bajos y medios. Como resultado, la desigualdad de los ingresos laborales medida aumenta significativamente en estas regiones, en comparación con la medida únicamente sobre la base de los salarios de los trabajadores asalariados.

“Las estrategias nacionales para reducir las desigualdades requieren fortalecer las políticas e instituciones salariales”, afirmó Giulia De Lazzari, economista de la OIT y una de las principales autoras del informe. “Pero igualmente importante es diseñar políticas que promuevan la productividad, el trabajo decente y la formalización de la economía informal”.

Políticas salariales

El estudio destaca la necesidad de políticas específicas para fomentar el crecimiento económico inclusivo, es decir, políticas salariales sólidas y apoyo estructural para un crecimiento equitativo.

Las principales recomendaciones de la OIT incluyen :

Fijación de salarios a través del diálogo social : los salarios deberían fijarse y ajustarse mediante negociación colectiva o sistemas de salario mínimo acordados en los que participen gobiernos, trabajadores y empleadores.

Adoptar un enfoque informado : la fijación de salarios debe tener en cuenta tanto las necesidades de los trabajadores y sus familias como los factores económicos.

Promover la igualdad y la igualdad de oportunidades de trato y de resultados : las políticas salariales deben apoyar la igualdad de género, la equidad y la no discriminación.

Utilizar datos sólidos: las decisiones deben basarse en datos y estadísticas confiables.

Abordar las causas profundas de los bajos salarios: las políticas nacionales deben reflejar el contexto específico de cada país y abordar las causas de los bajos salarios, como la informalidad, la baja productividad y la subvaloración de los empleos en sectores como la economía del cuidado.