DESAFÍOS. La fundación cumplió 19 años. El próximo paso es consolidar el AmigarseLab y promover la creación de emprendimientos circulares.
Miriam Miranda trabaja en el Seguro Universitario de Tarija. Es médico y se graduó poco antes del inicio de la pandemia; hoy está atenta a la posibilidad de obtener una beca que le permita especializarse en oncología en el exterior. Raúl Paucara trabaja incesantemente en la Casa del Recolector, en la zona del Parque Industrial de Santa Cruz, donde hoy está concentrado en mejorar sus habilidades en la construcción de muebles de palets. Yovana Charupá es una recolectora de base y enfrenta el frío de estos días para cumplir con los recorridos que le permiten recuperar material reciclable, junto a sus compañeras de la asociación “Tiempos de Cambio”.
Miriam, Raúl y Yovana tiene un elemento en común, han recibido el apoyo de la Fundación Amigos de la Responsabilidad Social (Amigarse), que el 8 de julio cumplió 19 años de trabajo constante, impulsando la economía circular y la inclusión social. La semilla germinó en las aulas universitarias, donde un grupo de profesionales de diferentes regiones de Bolivia y de Latinoamérica realizaban un diplomando en responsabilidad social empresarial. En medio del estudio y los nuevos conocimientos, surgió la amistad y un proyecto común: Amigarse.
Son diecinueve años “promoviendo el cuidado del planeta y la dignidad humana de sectores vulnerables”, afirma su actual director ejecutivo, Heiver Andrade. Casi dos décadas, en las que la institución se convirtió en un referente de la responsabilidad social empresarial e instauró un modelo innovador y disruptivo de gestión de residuos reciclables, inclusivo y con visión empresarial.
Pero los logros también se dieron en áreas como educación. A través del programa “Luz de Luna”, se impulsó la formación universitaria de 120 jóvenes de seis departamentos del país. Miriam es parte de ese grupo, al que llegó durante su segundo año de universidad y pudo acceder a fondos para costear sus gastos de alquiler y alimentación, entre otros.
La cruzada por el planeta
Hoy Amigarse es un actor central en los procesos de gestión de residuos de la ciudad. Desde hace varios años, trabaja junto a recolectores de base para dotarlos de mejores condiciones de trabajo e impulsar transacciones justas, en las cuales se pone en valor su esfuerzo y el impacto que tienen en la mitigación del daño al medio ambiente en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Andrade destaca que, de esta forma, han contribuido a incrementar el porcentaje de reciclaje en la ciudad, pasando del 5% en 2.018, al 6,5% en 2020 y al 8,60% en 2023. La meta es alcanzar al 20% en 2.030. En este proceso, la inclusión es fundamental. En los últimos años, Amigarse -a través de alianzas con diferentes organizaciones y empresas- ha capacitado a 200 recolectores, los que han mejorado sus condiciones de trabajo y sus ingresos, impactando en su calidad de vida y en la de sus familias.
Desde 2022, también priorizó la conformación de cuatro centros de acopio en zonas estratégicas de la ciudad, administrados por recolectores de base que se han asociado, estableciendo sus propios reglamentos y formas de trabajo. Dos ya cuentan con personería jurídica, pero el gran sueño “es convertirlos en empresas circulares gobernadas por recolectores de base”.
Yovana es parte del Punto Rojo, recorre a diario las inmediaciones de las avenidas Montecristo y Virgen de Cotoca, como parte del programa “Santa Cruz de la Sierra Recicla” del municipio, destinado a la recuperación de residuos reciclables y que impulsa un proceso de economía circular. Nació impulsado por Amigarse y encontró el apoyo de SwissContact, Fundación Coca Cola y el Fondo Canadiense para Iniciativas Locales (FCIL) de la Embajada de Canadá, entre otras organizaciones, lo que demuestra la importancia de las alianzas.
Crear conciencia, impulsar normas
Santa Cruz de la Sierra generó 1.942 toneladas diarias de basura en 2023 y la tendencia es al alza. Es evidente que la adecuada gestión de los residuos, que hoy incluye una gran cantidad de material reciclable que termina en el vertedero, requiere mayor sensibilización entre la población, pero también tomar medidas “aguas arriba”, en los procesos de producción y comercialización de los productos. Esto marca uno de los principales objetivos de Amigarse en el corto plazo: lograr la formulación y aprobación de un reglamento específico sobre la responsabilidad extendida del generador.
Durante el primer semestre de 2024, Amigarse ha iniciado un proceso de acercamiento con las universidades. El objetivo es sumarlas a los procesos de reciclaje inclusivo y que desde sus aulas surjan innovaciones circulares. Así se quiere consolidar el AmigarseLab y contribuir al nacimiento de por lo menos cinco empresas circulares en los próximos años, “convirtiéndonos en la usina de la innovación, el conocimiento y el nacimiento de los nuevos emprendimientos circulares de impactos multidimensionales en Bolivia”, afirma el ejecutivo de Amigarse.
Por ahora, en la Casa del Recolector, que albergará al AmigarseLab, se va equipando la carpintería y se evalúa como generar un espacio para que un grupo de recolectores que ya han sido capacitados, puedan elaborar prendas a partir de la reutilización de ropa en desuso.
Andrade, un abanderado de la economía circular y el impulsor de los proyectos en los que Amigarse participa, marca la hoja de ruta de la institución, que cuenta con un grupo de voluntarios que apoyan desde Santa Cruz, Tarija y La Paz.
“Tenemos que continuar sumando empresas e instituciones al ecosistema que gira en torno al reciclaje inclusivo y la economía circular, fortalecer el posicionamiento de la fundación como un referente en estos temas, tanto en Bolivia como en Latinoamérica, y como un actor principal en la reducción de emisiones, ahorro de agua y energía, como resultado del proceso de reciclaje inclusivo que estamos impulsando”, afirma.