DESAFÍOS. Es necesario lograr un equilibrio entre la oferta y la demanda. Además, se deben incorporar procesos de movilidad urbana y economía circular, entre otros.
Aumentar la participación de las energías limpias y renovables, así como la eficiencia energética, avanzar en la disminución del uso de combustibles fósiles, impulsar la electrificación verde y el aprovechamiento de las reservas de minerales críticos como el litio, el zinc y el estaño para la producción de baterías y la electro-movilidad, son parte de las recomendaciones de la Corporación Andina de Fomento para que Bolivia avance en el camino de la transición energética.
El banco de desarrollo de América Latina y el Caribe participó en el “Foro Transición Energética-Bolivia 2050”, realizado en la ciudad de Santa Cruz y organizado por el Gobierno con el propósito de dar un paso más en la construcción de políticas y estrategias en este objetivo. De esta forma, la entidad demostró su compromiso d e de acompañar a Bolivia, al igual que a otros países de la región, en su desafío y recorrido hacia una transición energética justa que favorezca a su desarrollo económico vigoroso, inclusivo y sostenible.
El evento fue organizado por el Ministerio de Hidrocarburos y Energía del Estado Plurinacional de Bolivia y contó con la participación de diferentes actores de la sociedad, representantes del espacio público, organismos internacionales de desarrollo económico y social, entidades de financiamiento y del sector empresarial del país. El objetivo fue generar espacios de diálogo e intercambio de criterios respecto a la transición energética que vive el país, con enfoque ambiental y de energías renovables, y acciones y desafíos para orientar la política energética nacional, entre otros aspectos.
La CAF contribuyó con información estratégica y asesoramiento a través de sus diferentes especialistas y sus invitados especiales, expertos de otras instituciones como Andrés Rebolledo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Rafael Poveda y Mario Castillo de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Eduardo Cavalcanti, del Instituto Nacional de Tecnología del Brasil, que formaron parte de los paneles, las ponencias y las mesas de trabajo que se conformaron.
Además, la entidad financiera, como banco verde y de desarrollo sostenible e inclusivo de la región, recordó su compromiso de dedicar al menos el 40% de sus fondos a proyectos verdes hasta el 2026, incluidos los que facilitan la transición energética, en aspectos de cooperación técnica y financieros. Para fortalecer el diálogo, tuvo la participación de su representante en Bolivia, Jeannette Sánchez y su especialista de energía, Juan Ríos, quienes fueron parte de las mesas de eficiencia energética y -de manera integral- del tema del litio, donde mostraron el rol de CAF y sus aportes en el marco de la gobernanza y el financiamiento.
Combinar oferta y demanda
En un contexto donde la actividad humana está causando la emisión de altos volúmenes de gases de efecto invernadero (GEI) por el uso de energía generada a partir de fuentes fósiles, provocando el calentamiento global que deriva en el cambio climático y sus efectos negativos en el planeta (inundaciones, incendios, sequías, entre otros), CAF destacó el potencial de los países de América Latina y el Caribe para la producción de energía limpia, barata y estable, que les permita avanzar en procesos de resiliencia y adaptación.
En ese marco, propone una transición energética justa, que favorezca al crecimiento económico vigoroso e inclusivo de los países de la región, y contribuya al cierre de brechas de ingreso per cápita respecto al mundo desarrollado y a la reducción de la desigualdad y la pobreza.
La propuesta se focaliza en la oferta y demanda de energía y hace énfasis en tres sectores cruciales: el transporte, la industria y el sector residencial. Por el lado de la oferta, propone el incremento de la capacidad de generación de electricidad impulsada por una mayor participación de las renovables y el desarrollo de biocombustibles o hidrógeno de bajas emisiones.
Por el lado de la demanda, plantea la eficiencia y el ahorro energético. En el caso del sector industrial la electrificación de algunos procesos o usos que actualmente dependen de combustibles fósiles, al igual que el fomento de la economía circular; en movilidad urbana, el uso de transporte público sostenible masivo y activo; y en la logística urbana, aprovechar los espacios que existen para la electrificación, mientras que, en el caso de transporte de carga, la promoción de la eficiencia en la logística y el uso de combustibles alternativos, como el biodiesel.
Región de soluciones
En el foro se destacó que la región andina es “una región de soluciones”, con capacidad para contribuir al proceso mundial de transición energética, aprovechando las oportunidades que surgen para los países con reservas de minerales críticos –como cobre, níquel y litio- además de zinc y estaño en el caso de Bolivia, útiles para la fabricación de baterías y la electro-movilidad.
Durante el encuentro se destacó el rol de los países con reservas de gas natural, que aportan a reducir las emisiones durante la transición, sin abandonar inmediatamente los combustibles fósiles; mientras que las naciones con potencial de producción de energías renovables, contribuyen en la relocalización de actividades intensivas en energía.