LITERATURA. Las fronteras físicas y de todo tipo se entremezclan en sus relatos. Dirigido a adolescentes, es un libro para el disfrute de todas las edades.
«Cuentos de la frontera» es la nueva creación de la escritora Claudia Vaca. Un libro que invita a sumergirse en un universo mágico y reflexivo y a filosofar las crisis existenciales de la vida. Editado bajo el sello de Santillana, está especialmente diseñado para adolescentes de 12 a 15 años, aunque la buena literatura es para todas las edades, y este libro, lo es, afirma el escritor Homero Carvalho.
Este libro se presentará en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, el miércoles 5 de junio, a las 19.00, en el Salón Raúl Otero Reiche.
La filóloga y profesora, nacida en la Chiquitania, hoy trabaja en la Universidad de Salamanca, ciudad donde ha fijado su residencia. Ha pasado su vida investigando, estudiando las diversas culturas e idiomas, con becas de investigación y trabajos que ha ganado con esfuerzo propio y dedicación a lo que le gusta: aprender, leer, estudiar, enseñar, haciendo gestión cultural y educativa.
Claudia sorprende, cada cierto tiempo, con sus creaciones literarias, poesía, narrativa y/o ensayos eruditos en los que propone una “poÉtica” de la lectura; hace dos años publicó “Sobre rieles”, ahora trae «Cuentos de la frontera», un compendio de relatos cortos que presenta una rica variedad de personajes valientes y aventureros, cuyas historias transcurren en la exuberante naturaleza de la Chiquitanía boliviana, una región limítrofe entre Bolivia, Brasil y Paraguay.
El libro explora de manera profunda y sensible las diversas formas de fronteras que delimitan y, a la vez, conectan las experiencias humanas. A través de sus relatos, la autora “nos transporta a los bordes mismos de la vida y la muerte, la amistad y el amor, donde la migración no sólo es geográfica sino también afectiva, uniendo y separando corazones entre pueblos, países, barrios, colegios y familias. Navega con maestría por estas intersecciones, revelando las complejidades y sutilezas de las fronteras psicológicas, territoriales, culturales, lingüísticas y generacionales”, afirma Carvalho.
Los cuentos se sitúan en un pueblo de frontera que sirve como telón de fondo para las historias de personajes cuyas vidas están marcadas por el tránsito y la transformación. Claudia destaca por su habilidad para captar la esencia de estas transiciones, ofreciendo una mirada introspectiva sobre lo que significa cruzar una frontera, ya sea física o simbólica. La narrativa se entrelaza con una rica diversidad de cosmovisiones, reflejando las múltiples voces y perspectivas que coexisten en estos márgenes
En «Cuentos de la frontera», Claudia logra captar la atención y la imaginación de los adolescentes, niños y adultos con su estilo narrativo envolvente, hipnotizante y sus personajes intensamente humanos. La autora utiliza la riqueza cultural y natural de la región Chiquitana para tejer historias que son tanto entretenidas como educativas. Cada cuento es una aventura que atrapa a los jóvenes lectores y los provoca a reflexionar sobre su propio mundo y su lugar en éste, sobre temas profundos como la verdad, la identidad y la percepción.
El estilo de Claudia es evocador, tierno y poético, crea atmósferas propias de los cuentos antiguos, de los que se contaban alrededor de la mesa o en la cama antes de dormir; logrando que el lector sienta la tensión y el anhelo de los personajes, así como la esperanza y el desarraigo que acompaña cada cruce de frontera.
Claudia ofrece una obra conmovedora en la que cada historia es un espejo que refleja la diversidad y la riqueza de las experiencias en los límites de lo conocido y lo desconocido, afirma Carvalho.
Este libro “es un testimonio poderoso de las múltiples fronteras que cruzamos a lo largo de la vida y un homenaje a la resiliencia y el espíritu humano. Es una obra imprescindible para adolescentes que buscan historias que les hablen directamente, con personajes que proyectan coraje y curiosidad. Claudia ha creado un tesoro literario que no solo celebra la diversidad cultural de la Chiquitania y del mundo en general, sino que también ofrece lecciones invaluables de vida”.