FINANCIAMIENTO. Los promotores consideran que los países podrán avanzar más rápido en su lucha contra el cambio climático. Para grupos ambientalistas, es la puerta a continuar aumentando las emisiones.
Los países representados en la COP29 de Bakú (Azerbaiyán) lograron al final de la primera jornada de la cumbre, un acuerdo sobre parte de la regulación de los mercados de carbono y la creación de créditos de carbono en virtud del artículo 6,4 del Acuerdo de París.
Los avances permitirán la acción climática al aumentar la demanda de créditos de carbono y se lograron bajo el paraguas de la Organización de Naciones Unidas, lo que permitirá garantizar que el mercado internacional del carbono funcione con integridad, según una nota de prensa publicada en el sitio oficial de la COP29.
Desde la presidencia de la conferencia, se espera que el acuerdo inicial facilite las negociaciones, que están centradas en el financiamiento. “Esta será una herramienta que cambiará las reglas del juego para dirigir recursos al mundo en desarrollo. Tras años de estancamiento, los avances en Bakú ya han comenzado, pero todavía queda mucho por hacer”, dijo el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev.
Avances lentos
El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, confirmó los avances en una rueda de prensa este martes, en el inicio de la segunda jornada de la cumbre que se realizará hasta el 22 de noviembre y que reúne a unas 50.000 personas.
Aprovechó para resaltar la necesidad de escalar la ambición política y favorecer flujos de inversión climática más allá de los países en desarrollo. “La Agencia Internacional de la Energía predice que sólo este año se invertirán 2 billones de dólares en energías limpias e infraestructuras, y eso es notable”, dijo.
“Pero eso es sólo una fracción de la economía mundial, y la inmensa mayoría se concentra en unos pocos grandes mercados. La inversión climática debe fluir hacia donde se necesita”, zanjó. La crisis climática, dijo Stiell, es “una crisis del costo de vida”, y, así, la acción para revertir y frenar el calentamiento global es un “seguro contra la inflación global”, expresó en declaraciones que consigna la Agencia EFE.
“Si al menos dos tercios de las naciones del mundo no pueden permitirse reducir las emisiones rápidamente, entonces cada nación pagará un precio brutal”, advirtió.
“Descartemos cualquier idea de que la financiación climática es caridad. Un nuevo objetivo ambicioso de financiación climática es totalmente en beneficio de cada nación, incluidas las más grandes y ricas”, expresó.
¿Cómo funcionarán?
Las normas acordadas por las partes en la noche del lunes son el reflejo del “progreso” hacia construir un mercado de carbono centralizado en el marco de las Naciones Unidas, según quienes hoy encabezan el proceso de negociación. “Queda trabajo por hacer, pero este es un buen comienzo, producto de más de 10 años de trabajo dentro del proceso”, celebró Stiell.
“Cuando estén operativos, estos mercados de carbono ayudarán a los países a aplicar sus planes climáticos de forma más rápida y barata y a reducir las emisiones”, explicó, reiterando la necesidad de que el sector privado contribuya a la meta global de financiación climática.
“Esta será una herramienta que cambiara las reglas del juego para dirigir recursos al mundo en desarrollo y nos ayudara a ahorrar hasta 250.000 millones de dólares al año en la implementación de nuestros planes climáticos”, aseguró Yalchin Rafiyev, negociador principal de la Cumbre del Clima.
Los mercados de carbono son un instrumento promovido por el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente para mitigar el cambio climático. Dicho mecanismo interesa en particular a las multinacionales o los países petroleros, pero siempre ha sido muy criticado por las ONG ambientales.
Cuestionamientos
Para los ecologistas, lo negociado sobre el artículo 6.4 no es una buena noticia: Greenpeace valoró que estas normas “sientan un mal precedente”, y criticó la falta de concreción, que a su juicio “abre la puerta a acuerdos que permitan seguir emitiendo sin garantías reales de que el carbono vaya a ser capturado, a actividades que dañan a las personas y el planeta”, de acuerdo a la Agencia EFE.
Dicho mecanismo permite, por ejemplo, a una compañía aérea compensar sus emisiones de CO2 financiando un proyecto de reforestación en Latinoamérica, o autobuses eléctricos en Asia. La transacción se hace mediante bonos de carbono que hasta ahora no estaban regulados a nivel global. Las nuevas reglas permitirán por ejemplo que no se contabilice dos veces la absorción de Co2 en la atmósfera, según informa RFI.
“Se abre el mercado de compra y venta de carbono, solo que en este caso el que va a regularlo es Naciones Unidas. Pero vendiendo y comprando derechos de CO2 no vamos a reducir emisiones, lo que va a generar es mantener o incrementar las emisiones, solo que Estados y empresas van a pagar por ellas. Es un derecho a seguir contaminando”, comentó a RFI Juan Carlos Alarcón, coordinador de la Plataforma Bolivia contra el Cambio Climático, y miembro de Red Acción Climática Latinoamérica (CANLA), principal coalición de ONG ambientales presentes en la COP29.
Con datos del sitio oficial de COP29, EFE y RFI.