INTERACCIÓN. Hoy tiene cinco empresas que le permiten generar cadenas de valor e incursionar en diferentes sectores, como el turismo y la agricultura.
Karina Vargas Alba
“Recicla” fue el primer paso. Allí se inició el proceso de recuperación y reciclaje de plástico. Veinte años después, la compañía es parte de EcoGrupo, un holding de cinco compañías, que ha logrado que “la sostenibilidad sea rentable y competitiva”. El punto de inflexión fue cuando decidieron darle “valor al valor” y buscar soluciones de impacto, que hoy se traducen en la producción de materiales de construcción y de hortalizas, y la incursión en el turismo sostenible.
Fue un proceso de “prueba y error” liderado por César Terrazas. “Las tuberías dejaron de ser tuberías y se volvieron saneamiento básico, amigable con el medio ambiente, a precios competitivos y sin necesidad de importar de afuera”, dice Simón Heredia, director de Proyectos de EcoGrupo, para graficar el cambio.
Hoy también producen alimentos, con lo cual “sustituimos importaciones, generamos industria, evitamos fuga de divisas. Entendimos que nuestros alimentos no son nuestros alimentos, sino que es seguridad y soberanía alimentaria”.
Valor al valor
Eco Grupo llegó desde Cochabamba con 20 años de experiencia en el reciclaje de botellas de plástico para elaborar diversos productos e impulsar la producción de hortalizas y verduras. Un proceso de aceleración con Pista 8 los hizo caer en cuenta de que su oferta era de “soluciones integrales,” donde el reciclaje brinda la materia prima para darle valor agregado a lo que podría ser sólo basura. Hoy ya están operando en República Dominicana, proyectan ingresar a Alemania y se alistan para abrir una planta en Santa Cruz en el transcurso de este año.
El holding está integrado por cinco unidades de negocio, cada una con una actividad diferente, pero con una cadena de valor interconectada. “Recicla” es la planta donde la basura plástica se convierte en materia prima, la que pasa a “Transforma”, el lugar donde se convierte en productos de alto impacto como tuberías, politubos, materiales para la construcción de caminos ecológicos o centros para acampar al aire libre, como “Vive Glamping”, una apuesta de triple impacto en turismo sostenible.
Otra de las líneas más importantes de producción es EcoAlimento, que produce hortalizas de hojas o frutos, en naves equipadas con sistemas hidropónicos en los que se utilizan las tuberías de plástico reciclado y se aplica riego tecnificado, el cual proveen a través de otra empresa del holding, Hydro System.
Para consolidar estos procesos de producción, en Cochabamba recuperan el plástico de las industrias y a través de los recolectores de base, generando alrededor de 500 empleos indirectos. En la actualidad reciclan 100 toneladas al mes, lo que significa que se dejan de emitir 180 toneladas de dióxido de carbono, pero al sumar diferentes procesos como la recircularización del agua y sistemas de ahorro de energía, se “logra un desperdicio cero”, dice Heredia, sumando una mitigación de alrededor de 250 toneladas de CO2.
Un parque agroindustrial en Santa Cruz
Este modelo está funcionando en Cochabamba, pero muy pronto comenzarán a operar en Santa Cruz. En los próximos meses se iniciará el montaje de una planta de reciclado que procesará más de 300 toneladas de plástico mensual, lo que redundará en la generación de aproximadamente mil empleos indirectos.
Heredia asegura que el impacto será mayor, pues forma parte de la construcción de un parque agroindustrial.
“La hidroponía es una técnica de cultivo en sistemas controlados que ocupan un 90% menos de espacio, entre un 90 a 97% menos de agua. Entonces, por cada nave hidropónica que nosotros montamos, evitamos que se deforesten 5 hectáreas de bosque, ahorramos un 97% de agua y producimos alimentos de gran calidad”, explica.
El proyecto cuenta con el apoyo del Grupo Venado y en la primera fase se estima que instalarán unas 40 naves industriales, lo que supone la producción de más de 120 toneladas de alimentos por mes. Una parte se comercializará en el mercado interno, pero también se proyecta “la industrialización para exportar productos de altísima calidad”, que incluirían alimentos deshidratados y extractos, como, por ejemplo, aceites esenciales”, dice Heredia.
Agrega que hay dos áreas con mucho potencial: la producción de forraje verde para ganado, donde actualmente crece la demanda de alimento y se deforesta el bosque; y los productos para consumo humano, como tomate, lechuga, pepino y zanahoria.