El liderazgo femenino que está transformando el siglo XXI

Xiomara Zambrana Hoyos
Directora nacional del IME *

Cuando Rafaella Petrini fue nombrada secretaria general del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano en 2021, no solo rompió una barrera histórica, sino que envió un mensaje poderoso al mundo, el liderazgo femenino está transformando las estructuras más tradicionales del poder. En un mundo que se transforma a una velocidad vertiginosa, donde la incertidumbre y la complejidad definen nuestra realidad, las mujeres están demostrando ser creadoras del cambio.

En las empresas, en la política, en la educación y en la tecnología, las mujeres y su enfoque inclusivo y colaborativo potencian la inteligencia colectiva.

En tiempos de crisis, han sido ellas quienes, con determinación y empatía, han generado respuestas más humanas y sostenibles. Este es el liderazgo que necesitamos potenciar en el siglo XXI.

Sin embargo, ellas siguen enfrentando barreras estructurales que limitan su pleno desarrollo. Vivimos en un mundo VUCA, por sus siglas en inglés, un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Este concepto describe la rapidez con la que cambian las condiciones globales, la dificultad para predecir el futuro, la interconexión de múltiples factores y la ambigüedad en la toma de decisiones. En este contexto, el liderazgo debe evolucionar para responder con agilidad y visión estratégica a los desafíos emergentes.

En contraposición, hace unos años ha surgido el término de ‘Universo RUPT’ (rápido, impredecible, paradójico y entrelazado), que busca ser más optimista en la descripción del contexto y supone un llamado a la acción para que las personas se adapten a los nuevos retos. Lo que el liderazgo de hoy necesita es generar inteligencia colectiva, conseguir que aflore la diversidad de visiones, de criterios y de perspectivas en los equipos, porque de ahí vendrán las soluciones innovadoras y la creación ágil y constante.

No obstante, para que este potencial se traduzca en cambios reales, es fundamental generar entornos que promuevan la seguridad psicológica y el sentido de pertenencia. Según estudios de Google, los equipos más exitosos no son los que tienen a los profesionales más brillantes, sino aquellos donde las personas se sienten seguras de expresar sus ideas sin miedo al juicio o la discriminación.

Las mujeres, al estar expuestas con mayor frecuencia a microagresiones y sesgos inconscientes, deben hacer un esfuerzo extra para demostrar su valía en entornos tradicionalmente dominados por hombres.

Pero, ¿qué competencias necesitan las líderes del siglo XXI? El liderazgo en este siglo no solo exige habilidades técnicas, sino un enfoque profundamente humano. Mirarnos hacia adentro y comprender quiénes somos, qué valores nos mueven, qué sueños tenemos, cuáles son nuestros temores y qué paradigmas limitantes nos impiden avanzar. Un liderazgo consciente es el primer paso para inspirar y promover una cultura organizacional basada en la colaboración y la innovación.

Sin embargo, hay otras cualidades esenciales que el liderazgo femenino nos ha dejado ver. Quien lidera necesita saber evaluar el impacto a futuro, analizar opciones, tomar decisiones y generar inspiración y compromiso. Además, debe manejar una capacidad de comunicación clara y efectiva para entusiasmar y transmitir información con transparencia.

Por supuesto, no podemos olvidar la flexibilidad, agilidad, la creatividad y la innovación. Las líderes deben diseñar nuevas opciones, alternativas y soluciones a los problemas a los que se enfrenten.

Finalmente, en una era digital, quienes lideran no pueden permitirse dar la espalda a la tecnología. Una líder debe mantenerse actualizada en su campo para aportar una visión global, y tener un dominio tecnológico que le permita maximizar su potencial.

El llamado es claro, otro tipo de liderazgos, el femenino, está siendo más visible. Es urgente crear las condiciones para que ellas puedan liderar sin limitaciones, porque cuando las mujeres avanzan, la sociedad entera progresa.

La pregunta no es si estamos listos para el liderazgo femenino en el siglo XXI, sino si el mundo está preparado para el cambio que ellas traerán.

*Instituto de la Mujer y Empresa