INNOVADOR. Videomaping, teatro y música es parte del espectáculo que el público podrá disfrutar a partir de esta noche en la Capilla Los Huérfanos.
El encuentro de dos mundos y la construcción compartida a partir de la fe, la música y la naturaleza, se sienten y viven de una manera diferente en «El palacio suena, la partitura infinita». Una propuesta que combina la tecnología con los acordes de las Misiones de Chiquitos, para sumergir al público en una experiencia inmersiva y sonora, donde los colores y sonidos de la selva «invaden» cada uno de los rincones de una iglesia, y que a partir de hoy pueden disfrutar en la Capilla Los Huérfanos.
Videomapping, audífonos inalámbricos, luces, música y teatro, forman parte de la propuesta de la Fundación Patiño y la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC). A través de un paseo por los pasillos, jardines y la capilla de uno de los edificios patrimoniales del centro de la ciudad, cada uno de los asistentes podrá vivir «en solitario» el relato y representación de la historia de un peregrino que llega a las Misiones de Chiquitos, donde la música se convierte en el lenguaje de la paz, al consolidar el encuentro y sincretismo entre la herencia europea e indígena.
Un violín, el testimonio de las partituras encontradas a través de los años y los sonidos de la selva, son parte de un retorno a un mundo que siempre ha estado ahí y que hoy encuentra en el arte y la música, los medios para expresarse, aún después de 200 años.
“La Partitura infinita” es la séptima versión del espectáculo visual y sonoro creado por la Fundación Patiño para promover el patrimonio tangible e intangible del país, esta vez en colaboración con APAC. Las presentaciones que se prolongarán hasta el domingo, son el fruto de cuatro meses de trabajo y la participación de aproximadamente 50 personas, que incluyen a músicos, actores, escritores, equipo de producción y de diseño sonoro, escultores, artistas de videomaping, entre otros.
La definición del contenido y la inclusión de las diferentes melodías, estuvo a cargo del director artístico de APAC, el padre Piotr Nawrot, quien hoy «tomará examen» a la puesta en escena. El hilo conductor del recorrido es la música barroca mestiza y el violín chiquitano, este último estudiado ampliamente por musicólogos del Festival Luz Mila Patiño impulsado por la Fundación Patiño y el Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana organizado cada dos años por APAC.
Esta es la cuarta versión que incorpora la narración, que se inició en el Palacio Portales de Cochabamba con «El viaje de las musas», inspirado en el mármol de Carrara que hay en esa construcción impulsada por Simón I. Patiño y que su familia nunca llegó a habitar. Progresivamente se fueron incorporando elementos como la música y el teatro. «Esta va a ser la experiencia más intensa», aseguró Ignacio de Lascurain Corcuera, director nacional de Cultura de la Fundación Patiño, destacando que ésta es la producción más grande que han realizado y constituye un reto, pues es la primera vez que se hace una intervención en un espacio patrimonial que no pertenece a la institución.
«El palacio suena, la partitura infinita» se presentará desde este miércoles hasta el domingo, con recorridos de 45 minutos para grupos de aproximadamente 40 personas. Las entradas se pueden adquirir a través Todotix y tienen un costo de 80 bolivianos.