El Rover boliviano está listo para competir en un centro espacial de la NASA

PROTOTIPO. El vehículo pesa 90 kilos y el 14 de abril emprende el viaje junto a 15 de los 22 jóvenes que participaron en todo el proceso de conceptualización y construcción. Aún necesitan apoyo para costear sus gastos.

Un recorrido de ocho minutos, en una superficie que replica las características de otros planetas o satélites de la Tierra, y en el que tendrán que cumplir diversas tareas. Ese es el desafío final que enfrentará el equipo CBA Science, luego de trabajar un año en la conceptualización, diseño y construcción de su Rover, el prototipo de exploración espacial que probarán en la competencia de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).

Veintidós jóvenes, entre hombres y mujeres, continúan trabajando incesantemente en su cuartel de operaciones, ubicado en el Parque Industrial, donde por estos días  realizan las últimas pruebas en el vehículo tripulado por dos personas, pues en esa zona de la ciudad encuentran superficies pedregosas, con desniveles y hasta “peores que las de otros planetas”.

La competencia internacional se realizará el 19 y 20 de abril, en el Space and Rocket Center, ubicado en Huntsville, Alabama. El 14 de abril el equipo boliviano iniciará la última fase del desafío, al embarcarse rumbo a Estados Unidos. Sólo viajarán 15 de los 22 integrantes de este equipo multidisciplinario, debido a que no pudieron reunir dinero para los pasajes. Los que viajarán, aún no cuentan con los recursos necesarios para costear la alimentación, la estadía y el transporte interno, ya que deben trasladarse hasta Alabama. Por ello, aún esperan el apoyo de instituciones, empresas y particulares, los que pueden comunicarse al 78021450.

Las pruebas están en la fase final para comprobar que el vehículo cumpla con todas las exigencias del recorrido.

En la recta final

Adán Ardaya y Emily Antezana serán los pilotos del Rover construido en Santa Cruz. Tener un equipo mixto es una de las exigencias de la competencia y se refleja en que, de los 15 viajeros, 7 son mujeres y ocho son hombres. Adán y Emily son el equipo A, pero tienen sus relevos por si sufren algún percance durante el viaje.

Ronald Baigorria, otro de los integrantes del equipo, destaca que éste ha sido un proceso de prueba y error, en el que, tras la primera evaluación, tuvieron que volver a diseñar y revisar varios de los subsistemas del Rover, lo que derivó en el rediseño y un nuevo vehículo. Por ejemplo, era necesario garantizar el desplazamiento con ruedas que no pueden tener aire, tomando en cuenta las condiciones del espacio; mientras que cada subsistema, como la suspensión, la dirección y los frenos, entre otros componentes, deben funcionar a la perfección.

En este proceso, uno de los mayores problemas fue encontrar los materiales adecuados para la construcción del vehículo. Una condición esencial era que fueran livianos para facilitar su transporte a Estados Unidos. Trabajaron con diferentes aleaciones para buscar la resistencia necesaria, por lo que priorizaron las aleaciones de hierro y níquel junto al aluminio, que es un metal adaptable, liviano y de menor costo.

La última evaluación fue a fines de marzo y si la primera incidió en el diseño y la construcción, en la final se centraron en las pruebas. Rover no va solo. Está acompañado de una herramienta con la que debe cumplir diferentes tareas, como recoger materiales o limpiar paneles solares. Este dispositivo también sufrió cambios para garantizar su movimiento en diferentes direcciones o una adecuada distribución de fuerza.

El Rover boliviano está listo. Pesa alrededor de 90 kilos, 30 menos que al principio, y mide dos metros de largo, uno de ancho y 30,5 centímetros de alto. Se construyó bajo la lógica de un “lego”, pues en los próximos días se debe desmontar. Su peso será tomado como parte del equipaje de los viajeros.

El prototipo fue expuesto recientemente en una feria organizada por el CBA.

La diversidad del equipo, su mayor valor

A pocos días de iniciar la recta final del desafío, estos jóvenes apasionados por la ciencia y la astronomía, tienen una certeza: lo que más valoran es ser parte de un equipo multidisciplinario. Por ejemplo, Carlos Olivera es abogado y profesor de inglés, su participación fue vital para las dos defensas orales ante los evaluadores de la NASA, para las que tuvo que prepararse e interiorizarse en el vocabulario técnico.

Aldo Zelada estudia psicología y trabajó en la investigación y la preparación de materiales para su divulgación científica, otro de los requisitos de la competencia. A pocos días del viaje, valora mucho la experiencia y haber visto la investigación desde otra perspectiva.

Un proceso similar al de Carmen Vela, estudiante de Ingeniería Electrónica y de Sistemas. La emociona sentir que puede “aportar con una pequeña idea a algo que puede ser tomado en cuenta por la NASA y abrir puertas al futuro. Además, esto nos hace parte de un proceso de divulgación científica”.

Para Baigorria, también estudiante de Electrónica y Sistemas, “sólo viajar a la NASA ya es una gran oportunidad, desafiante y ya no queda nada”. El equipo integra a estudiantes de ingeniería mecánica, electrónica, eléctrica, de sistemas y financiera; psicología, comunicación y marketing, filología hispánica y derecho.

La competencia

El NASA Human Exploration Rover Challenge (HERC) es una competencia anual organizada por la NASA para estudiantes de secundaria y universidad. Los equipos diseñan, construyen y prueban rovers impulsados por humanos que pueden recorrer terrenos simulados similares a los que se encontrarían en la Luna, Marte u otros mundos.

Los equipos deben diseñar vehículos plegables que puedan superar una ruta de obstáculos de 1,2 kilómetros, en el menor tiempo posible. Ganan puntos al completar con éxito las revisiones de diseño, desarrollar un Rover que cumpla con todos los criterios y completar los obstáculos del recorrido y las tareas de la misión.

La competencia busca alentar a los estudiantes a elegir carreras STEM, es decir, en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

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