CONTRASTE. Hoy el mundo celebra a los guardianes de la naturaleza. En Bolivia luchan porque se respeten sus derechos y condiciones mínimas para cumplir su labor.
Ricardo Barbery ve cómo el fuego avanza en el Pantanal, destruyendo miles de hectáreas a su paso y amenazando a las comunidades. Hace más de un mes fue uno de los guardaparques que dio la alerta, cuando los focos apenas empezaban en el AMNI San Matías. Hoy la impotencia es grande, la ayuda no es suficiente, y más de 500 mil hectáreas ya han sido destruidas por el fuego en el departamento.
Hoy se celebra el Día Mundial del Guardaparque y en Bolivia, desde hace varios años, lo hacen combatiendo el fuego y viendo como la biodiversidad se hace cenizas, ante la falta de una respuesta coordinada y eficiente de los diferentes niveles. Sus llamados de auxilio invaden las redes sociales, en una acción extrema para reflejar la falta de recursos y condiciones para proteger la naturaleza.
La Asociación Boliviana de Guardaparques Agentes de Conservación (Abolac) hace meses presentó un proyecto de ley para proteger sus derechos y brindarles condiciones para cumplir con sus tareas. No ha avanzado en la Asamblea Legislativa y las necesidades crecen. Hoy los guardaparques del Parque Nacional Noel Kempff Mercado están en alerta, demandando pago de refrigerios y asignaciones familiares, y la asignación de recursos para gastos operativos de combustible, mantenimiento, equipos y otros para un adecuado control y vigilancia de las áreas protegidas, condiciones básicas para cumplir su labor.
Basta de abandono, descuido y desatención. Ese es su clamor, mientras en la Chiquitanía suman sus esfuerzos al de bomberos y comunarios para intentar frenar el fuego. Lo hacen con pocos recursos, maquinaria insuficiente y una logística limitada.
“El fuego ha sido devastador. No ha venido maquinaria, no han venido cisternas. El fuego sigue avanzando, sigue destruyendo. Hasta este momento no ha venido nadie, sólo está el guardaparque y un grupo de tres bomberos que están sin vehículo, igual que nosotros”, expresó este miércoles Ricardo. Está en Pozones, a 118 kilómetros de Candelaria, comunidad a la que hoy estarían llegando autoridades nacionales.
La demanda es que lleguen con ayuda efectiva. Durante semanas esperaron apoyo, lo poco que llegó, lo hizo cuando ya era tarde. El fuego ha destruido la vegetación y una gran cantidad de animales. Monos, petas, pejichis, pejis, tatús, corechis, penis, antas, osos bandera y una infinidad de especies, que no logran escapar del fuego.
Bolivia cuenta actualmente con 23 parques nacionales, los cuales abarcan un total de 18.271.600 hectáreas, y solamente tiene 295 guardaparques.
Guardianes del patrimonio natural
El fuego es sólo uno de los problemas que deben enfrentar. La defensa de los parques, incluso los ha llevado a los tribunales. El avance de la minería ilegal es otra amenaza. En febrero, dos guardaparques del Parque Nacional Madidi, fueron absueltos en un proceso legal en el que un cooperativista minero los acusaba de difamarlos. Recibieron amenazas, al igual que sus colegas del Parque Nacional Cotapata, en otra situación similar.
También, al igual que los bomberos voluntarios, enfrentan los cuestionamientos de las autoridades, como las del viceministro de Defensa Civil, quien señaló que “generan zozobra”.
Las declaraciones generaron un rechazo generalizado. El movimiento ciudadano Alas Chiquitanas, fue uno de los que exigió respeto a guardaparques y a bomberos voluntarios. “Ellos ponen en riesgo su integridad por tratar de defender el patrimonio de todos. Le pedimos al viceministro que diga con nombre y apellido, no puede difamarlos de esa manera. Se tiene que investigar y dar los nombres. Sabemos que eso no es verdad, más bien todos tenemos que agradecerles por el trabajo que hacen día a día”, afirma la cofundadora de la agrupación, Daniela Justiniano.
Una labor incansable, que seguirá en los próximos días. La temporada de incendios apenas comienza, mientras la sequía aumenta en la Chiquitanía y no hay señales de lluvia en la zona. Y los guardaparques continuarán en su lucha diaria por preservar el patrimonio natural del país.
“Debemos seguir apoyando a estos hombres y mujeres que están en diferentes rincones del país, cuidando nuestro patrimonio natural y preservando los servicios ambientales y de vida, pues las áreas naturales son vitales para mantener el ciclo de agua y la seguridad hídrica y combatir el cambio climático. Para todos ellos nuestra admiración y agradecimiento y el compromiso de seguir apoyándolos con recursos y ante la falta de atención de los diferentes niveles”, afirma Justiniano, que conoce de cerca el trabajo que ellos realizan.
Foto principal: Sabino Medellín, uno de los guardaparques del Parque Nacional Amboró. Foto: Erika Bayá