Humanidad sobregirada, el consumo alcanzó el límite de los recursos naturales del planeta

EXCESO. El 1 de agosto fue la fecha fatal. La demanda excede la capacidad de regeneración de la naturaleza. Bolivia en números rojos desde el 17 de julio.

El 1 de agosto llegó el Día de Sobregiro de la Tierra. La humanidad ya consumió todos los recursos naturales que el planeta tenía la capacidad de regenerar hasta el 31 de diciembre. Desde ayer vivimos a crédito con los recursos del próximo año. Lo más grave es que el “crédito” ya lleva varios años.

La fecha fatal la calcula Global Footprint Network, la organización internacional de sustentabilidad que fue pionera en la Huella Ecológica. Significa que la humanidad está utilizando actualmente la naturaleza 1,7 veces más rápido de lo que los ecosistemas del planeta pueden regenerarse.

Este exceso agota más rápido el capital natural y compromete la seguridad de los recursos. Las consecuencias son evidentes en la deforestación, la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que conduce a fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y a una menor producción de alimentos.

Aunque el Día del Sobregiro de la Tierra se ha mantenido estable durante una década, sigue siendo temprano en el año, justo después de que han transcurrido siete meses del año. El resto del año, la humanidad vive del uso excesivo, lo que agota aún más la biosfera. Por lo tanto, incluso aunque la fecha se mantenga estable, la presión sobre el planeta sigue aumentando, ya que el daño causado por la sobrecapacidad se acumula con el tiempo.

Lewis Akenji, miembro de la junta directiva de Global Footprint Network, afirmó que “el exceso terminará. La pregunta es cómo: por diseño o por desastre. Una transición planificada nos brinda mayor seguridad que ceder a los caprichos de un planeta desequilibrado por el exceso de capacidad”.

Aquí se refleja cómo la fecha de sobregiro se ha ido adelantando en las últimas cinco décadas. Infografía: Statista

Este gráfico elaborado por Statista, refleja que en 1970 el sobregiro llegó a finales de diciembre, mientras que este año, en poco más de 200 días, ya hemos terminado con el capital natural disponible para los 365 días del año. En 2020 se retrasó significativamente respecto de 2019, reflejando el impacto de los cierres y confinamientos provocados por la pandemia de coronavirus. No obstante, la tendencia general es de estancamiento.

En contrarruta

En lo que constituye un triste título, Bolivia llegó a su fecha de sobregiro el pasado 17 de julio. Es decir, que le “ganó” a la fecha mundial. Heiver Andrade, director de la Fundación Amigos de la Responsabilidad Social Empresarial (Amigarse) e impulsor de la economía circular, advierte que “estamos empezando a arriesgar las condiciones de habitabilidad de las futuras generaciones de nuestro país. Es momento de ocuparse de este tema”.

Esto significa que los bolivianos estamos consumiendo más recursos de lo que nuestro país es capaz de generar y que la biomasa disponible ya no es suficiente, es decir, nuestra demanda de bienes y servicios está por encima de la capacidad de la naturaleza para regenerarse y generar los insumos para producirlos.

“Y lo peor, lo que ocurre cada día en nuestro país, nos hace ver que estamos en contrarruta. Avasallamientos de tierra a la orden del día, perdida de bosques y biodiversidad que nos ponen en el “top ten”, quemas descontroladas, sequías, urbanizaciones en zonas de reservas acuíferas, con su consiguiente pérdida. Todo ello versus una miopía y pasividad extrema de los decisores políticos, sumada a la complicidad silenciosa de la sociedad al no ejercer su ejercicio ciudadano”, afirma Andrade.

Una carrera de fondo que estamos perdiendo

Volvamos a la situación mundial. Por estos días se desarrollan los Juegos Olímpicos. Global Footprint Network advierte que así como los atletas logran grandes avances gracias a su concentración, innovación y esfuerzo, la humanidad debe hacer lo mismo si quiere acabar con el exceso de consumo por diseño.

“Es esencial poner fin al sobregiro y, además, es posible hacerlo si tenemos en cuenta el potencial humano”, comentó Debora Barioni, de Global Footprint Network.

Existen soluciones que permitirían posponer la fecha y que son ventajosas desde el punto de vista financiero. Existen oportunidades en cinco áreas clave: ciudades, energía, alimentos, población y planeta. Por ejemplo, reducir las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles en un 50 %, permitiría posponer la fecha tres meses. También hay empresas que posponen la fecha a medida que se expanden. Estas empresas pueden ser las que estén mejor posicionadas para obtener valor en un futuro de cambio climático y limitación de recursos.

La huella ecológica

La huella ecológica es la métrica de contabilidad de recursos biológicos más completa disponible. La base reúne alrededor de 15.00 datos de diferentes países a lo largo de los años, y suma las demandas de las personas por áreas biológicamente productivas: alimentos, madera, fibras, secuestro de carbono y alojamiento de infraestructura.

Actualmente, la huella de carbono, es decir, las emisiones de carbono provenientes de la quema de combustibles fósiles, representan el 61% de la huella ecológica de la humanidad.

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