Incendios forestales: humo, destrucción y cansancio en las comunidades de Velasco y Guarayos

DESTRUCCIÓN. Los pobladores, junto a bomberos y soldados, se concentran en salvar sus cultivos y las viviendas. Exigen declarar desastre nacional.

“Estamos trabajando para salvar las otras dos comunidades, hacia donde viene el dragón de fuego. Tiene como 50 kilómetros de ancho”, advierte Adalid Poquiviquí, el profesor de música que por estos días es uno de los coordinadores del combate al fuego en las comunidades de Santa Ana de Velasco, en el municipio de San Ignacio.

Esa es la situación de numerosas comunidades en los 14 municipios afectados por los incendios. Hoy los esfuerzos están concentrados en «salvar lo que queda», mientras miles de hectáreas se han quemado. Un panorama desolador en el Día Nacional de las Áreas Protegidas.

Nada que celebrar. Las áreas protegidas nacionales, departamentales y municipales sufren las consecuencias del fuego. De acuerdo a un informe de Fundación TIERRA, en el caso de las áreas nacionales, la más afectada es la Área de Manejo Natural Integrado San Matías, donde el fuego arrasó con una extensión de 904.015 hectáras, casi un 45% de su territorio. La segunda área protegida más afectada es Otuquis, con 96.944, y, finalmente, está El Choré con 21.558 hectáreas. Estas eran las cifras hasta el 26 de agosto.

Hay cansancio y pocos recursos

Tras casi 20 días de esfuerzo, la voz de Adalid suena cansada. Pero, junto a los pobladores, continúa buscando alternativas para combatir los incendios forestales que ya han dejado una gran cicatriz en la zona, como la destrucción del área de manejo forestal en San Rafaelito del Sarí.

“Estamos cuidando la cisterna, que tiene órdenes para estar aquí hasta el viernes. Si se va, todo se complica; vamos a estar sin nuestra mano derecha”, afirma, mientras no deja de referirse a las imágenes satelitales que muestran la magnitud de los incendios en la frontera con Brasil y que pueden llegar al país en las próximas horas.

Santa Cruz registra 53 incendios forestales en 14 municipios. Los más críticos están en Concepción con 11 activos, seguido de Urubichá 9, Ascensión de Guarayos 8 y San Ignacio 5.

El humo volvió este martes a Santa Ana, la calidad del aire es pésima. Los escolares habían retornado a clases el lunes, pero si las malas condiciones del aire persisten, seguramente habrá que suspenderlas nuevamente.

“Vamos a ver si Santa Cruz da una alerta grande por el humo, no es un problema de Santa Ana, es de todo el departamento”, afirma Adalid, y agrega que las horas más complicadas son al amanecer y al atardecer.

La mayoría de los adultos mayores permanecen en sus comunidades. Hace unos días recibieron atención de las brigadas médicas que se desplazaron a la zona, pero ahora los aneños solo cuentan con la atención del enfermero de su centro.

Como en el caso de salud, toda la ayuda va disminuyendo. Tras casi 20 días de combate al fuego, al cansancio de los pobladores, bomberos voluntarios y soldados, se suma la falta de insumos. Quedan pocos barbijos, agua y alimentos. Conseguir combustible es el problema diario.

Este mapa satelital refleja la cantidad y el avance de los incendios en el oriente boliviano, al finalizar el miércoles 3 de septiembre.

Ascensión sin sol

Este martes no amaneció en Ascensión de Guarayos. El humo cubrió totalmente a esa población, donde la visibilidad era escasa y los vehículos debían transitar con luces, aunque apenas era mediodía. Y la situación no parece cambiar este miércoles. Las clases están suspendidas, pero muchas personas sufren irritación en los ojos, nariz y garganta.

Toda la Chiquitanía enfrenta este problema. Este martes, Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol) suspendió las operaciones aéreas en ocho aeropuertos secundarios, entre ellos los de Ascensión de Guarayos, San Javier, Concepción y San Ignacio de Velasco.

“La situación es terrible. Los 25 bomberos del municipio están agotados, mientras los pobladores apoyan para defender lo que les va quedando”, señala Robert Schock, presidente del Concejo Municipal.

Ayer, en El Cañón, vieron como unos cultivos de piña se quemaban, luego de haber intentado frenar el fuego durante tres días. “Estaban peleando con el fuego desde el viernes en la noche en esa zona y no pudieron contenerlo. El fuego está por todos lados”, explica.

Exigen acciones legales

Hay 41 comunidades y 1.200 familias afectadas en el municipio. Ayer, en un sector de producción agrícola en Exaltación, el fuego destruyó frutales e, incluso, maquinaria. “Esto es desesperante, más cuando se te agotan las fuerzas y los recursos, y peor cuando los incendios se normalizan”.

Así quedaron los campos de producción frutícola, el fuego también afectó la maquinaria que no pudo ser retirada a tiempo.

Además, lamenta que no se toman acciones para frenar las quemas ilegales, hasta ahora las autoridades no atienden el pedido de contar con un fiscal de Materia Ambiental y, hace poco, dejaron en libertad a tres personas que presuntamente habían iniciado quemas.

Al igual que en Santa Ana, en Ascensión de Guarayos también ruegan para que no se lleven la cisterna a otra zona. Ayer volvieron dos bomberos de la Gobernación, que apoyan en la estrategia para enfrentar el fuego, y que son parte de los 400 brigadistas que están desplegados en el departamento.

Desastre nacional

Este miércoles, Alas Chiquitanas reiteró el pedido de declarar desastre nacional ante el avance de los incendios forestales, que ya han afectado más de 4 millones de hectáreas en el país, de los cuales, más de 2,6 millones están en el departamento de Santa Cruz.

Bajo la premisa de que “sin bosques no hay agua, no hay vida, no hay nada”, exigen gestionar apoyo internacional de manera urgente, derogar las leyes incendiarias que fomentan las quemas, aplicar la ley con quienes inician los incendios, brindar apoyo oportuno con recursos a bomberos voluntarios y guardaparques que siguen combatiendo los incendios en primera línea, así como para el rescate de la fauna silvestre afectada.

Además, la organización exigen impulsar un plan urgente de restauración de los ecosistemas dañados e iniciar auditorías a la gestión de instituciones como el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, el Ministerio de Medio Ambiente y Aguas, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), gobernaciones y alcaldías, cuya gestión califican de “negligente”.

Los bomberos de la Gobernación, bomberos voluntarios, soldados y pobladores continúan combatiendo el fuego en diferentes zonas.