OBJETIVO. El cambio climático exige desarrollar mecanismos de adaptación. Diversas organizaciones compartieron sus experiencias.
Nueve de cada diez desastres naturales están relacionados con el agua, entre ellos las inundaciones y sequías. El lucachi es una especie de mono endémico de Bolivia. Un barrio cruceño desarrolla acciones como parte de su plan de adaptación al cambio climático, mientras cinco municipios del departamento avanzan en su diseño. A diario, cada persona gasta un promedio de 150 litros de agua, de los cuales, el 80% se van por la alcantarilla.
Esos fueron algunos de los datos que se entregaron durante el Séptimo Encuentro de Educación Ambiental denominado “Desafíos de acción climática para una Bolivia resiliente”, con la convicción de que “no se puede cuidar, lo que no se conoce”.
El objetivo fue compartir experiencias y propuestas sobre la importancia de fomentar la conciencia ecológica en la preservación del medio ambiente, el cambio climático, la gestión de los recursos naturales, la biodiversidad y la educación ecológica en general.
El encuentro fue organizado por la Gobernación de Santa Cruz, a través de la Secretaría de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, y logró reunir a expertos, docentes, estudiantes y representantes de la sociedad civil para promover avances en la integración de la educación ambiental.
Más de 200 personas llegaron durante las dos jornadas con el objetivo de compartir experiencias que pueden ser replicadas. A través de las presentaciones, conferencias, talleres, una feria educativa, actividades prácticas, exposiciones de video, mesas de diálogo y charlas, fue posible conocer propuestas de prevención de impactos ambientales a través de las herramientas de educación ambiental.
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El impacto del cambio climático en la disponibilidad y calidad del agua fue uno de los temas del encuentro.
Interdisciplinaria y transversal
Las diferentes experiencias reflejaron la transversalidad que demanda la educación ambiental. “La educación ambiental es un trabajo integral, una actividad necesaria que debe ser dinámica, espontánea y planificada. Hemos venido a mostrar las actividades que hacemos en pro de la conservación de la fauna silvestre de Bolivia”, expresó Tania Imaña, encargada de educación del Bioparque “Vesty Pakos de La Paz.
La hidrogeóloga Mónica Guzmán, investigadora y docente de la Universidad Católica Boliviana (UCB), mostró cómo los incendios afectan la disponibilidad de agua en municipios de la Chiquitanía y expresó la necesidad de establecer alianzas con la participación de los municipios, pobladores, universidades y otras instancias. El objetivo mayor debe ser compartir información y poner la ciencia al alcance de todos.
El encuentro contó con la participación de representantes de Villamontes y de La Paz. “Animamos a que cada quien haga su parte para contribuir a la conservación del ambiente, lo que nos beneficia a todos. Invitamos a que cada uno realice su aporte y diferentes acciones para que este encuentro se pueda replicar y siga dando frutos”, afirmó Liliana Soria, representante del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado.
La importancia de la formación
Una de las acciones concretas que surgieron del encuentro fue la conformación de un comité académico para coordinar acciones entre las universidades y diferentes organizaciones, además de ratificar la necesidad de fortalecer la formación en cambio climático en las casas de estudio superior.
Las dos jornadas también sirvieron para conocer diversas experiencias en educación ambiental. “Batracio” fue el encargado de dar la bienvenida y los mensajes claros para reciclar y cuidar el medioambiente, mientras dos guías mostraban cómo poner en marcha un huerto chiquitano y lograr una nutrición y alimentación saludables.