La música cuenta su historia y vuelve a la vida en el Festival “Misiones de Chiquitos”

IMPACTANTE. Así fue el estreno de “Missa a 5”, una obra escrita en el siglo XVIII e interpretada anoche en San Roque. Aún quedan 121 conciertos para disfrutar.

“Si alguna vez alguien les pregunta cómo sonaba la música de Chiquitos, díganle que debió estar en este concierto”. Emocionante e histórico, una prueba de que la práctica musical en las Misiones de Chiquitos superó a la de cualquier catedral de Europa, incluida la Capilla Sixtina. Así fue el concierto que marcó el inicio oficial del decimocuarto Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana “Misiones de Chiquitos” y que, al finalizar, justificó plenamente la frase inicial del padre Piotr Nawrot, director artístico de la cita.

La Iglesia de San Roque fue el escenario del que el religioso calificó como el segundo concierto más importante de los festivales organizados desde 1996 por la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC). Sólo superado por el primero, cuando “pensábamos que sólo habría un festival”, dijo emocionado al asegurar que el estreno de la “Missa a 5” “cambia la historia de todo lo que hemos sabido de la música en las Misiones”.

El Coro Arakaendar sumó sus voces para recrear las misas del siglo XVIII.

Compuesta por Francesco Feo, quien vivió entre 1691 y 1761, y cuya creación llegó a las Misiones para ser ejecutada por los indígenas. La pieza sacra fue reconstruida por Nawrot a partir de fragmentos encontrados en Santa Ana de Velasco y guardados en el Archivo Musical de Chiquitos. Tras asumir el reto de reconstruirla, viajó a Italia en busca de una copia, la que finalmente encontró en la Biblioteca Real de Bélgica, en un proceso de investigación de varios años. El Coro y Orquesta Arakaendar, de Bolivia; el Royal College of Music, de Reino Unido; e instrumentistas de Chile, fueron los encargados de interpretarla siglos después.

“La música misma cuenta su historia y vuelve a la vida”, afirmó el director Ashley Solomon, quien expresó su inmensa gratitud a Nawrot por su constante trabajo de investigación y recuperación, que se traduce en el legado de la música barroca boliviana para el país y el mundo.

Un ensamble de coro y orquesta con músicos de Bolivia, Reino Unido y Chile revivió una obra musical que Piotr Nawrot recuperó tras varios años de investigación.

El público que abarrotó el templo, disfruto más de una hora y media de concierto y premió aplaudiendo de pie a cada uno de los músicos que estuvieron en escena, especialmente a los solistas que, con sus voces, lo trasladaron al tiempo de las misiones.

Previamente, Percy Añez Castedo, presidente de APAC, destacó que el Festival “es posible porque se suman las voluntades alineadas en armonía. APAC gestiona un festival grandioso, porque contamos con un ejército de multitudes, compuesto por personas de corazones gigantes, que aspiran una sociedad más justa, tolerante y feliz”.

Este recital fue auspiciado por Repsol. Mauricio Mariaca, gerente Senior de Relaciones con Stakeholders, expresó que su compañía está convencida de que la cultura es la energía de la sociedad y por ello apoyan al festival desde hace varios años.

Ocho conciertos más

El público ocupó los dos niveles de la Parroquia Los Huérfanos, durante el primer concierto del festival.

El primer concierto de este festival, fue el de L’Harmonie des saisons, un ensamble canadiense, con canciones y piezas inspiradas en el amor, de compositores del siglo XVII: Marin Morais, Marc-Antoine Charpenter y Michel Lambert para un público selecto y amante de la buena música. De la interpretación vocal se encargó un tenor que encantó al público; lo acompañaron instrumentistas de viola de gamba y clavecín. Fue en la capilla Los Huérfanos, que también superó las expectativas de asistencia, con el público instalado también en la planta alta. Otros siete conciertos se realizaron en provincias.

La Orquesta Barroca de Santa Ana dio su primer concierto acompañando a Ryo Terakado y Sungyun Cho.

Así comenzó la mayor cita musical de música barroca y que aún tiene 121 conciertos en 22 sedes. El impacto del festival va más allá de la música y se refleja en el movimiento turístico que genera. Anoche, mientras esperaban el inicio de la obra, 17 visitantes chilenos destacaban la magia que están viviendo desde el jueves, cuando iniciaron esta aventura “Misiones de Chiquitos” con una cena con productos del bosque y la inspiradora compañía de Nawrot. Una ruta musical, gastronómica y artesanal que continuarán recorriendo durante los próximos siete días.