Las tácticas de la industria del tabaco y la nicotina convierten a los jóvenes en adictos de por vida

IMPACTO. En muchos países las tasas de jóvenes que usan cigarrillos electrónicos superan a las de los adultos. No obstante, el consumo global está en descenso. Esa es la tendencia en Bolivia

En el mundo hay alrededor de 37 millones de adolescentes de entre 13 y 15 años que consumen tabaco, mientras la tasa de uso de cigarrillos electrónicos en este grupo supera al a población adulta. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y STOP, que ejerce funciones de vigilancia mundial de la industria tabacalera, presentaron el informe «Enganchando a la próxima generación,» para reflejar cómo la industria del tabaco y la nicotina diseña productos, pone en marcha campañas de mercadotecnia y trabaja para configurar unos entornos de políticas que les ayuden a crear adicción entre los jóvenes del mundo.

Este informe se conoció en el marco del Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra hoy 31 de mayo y en el que la OMS amplifica las voces de los jóvenes que solicitan protección a los gobiernos para evitar ser los objetivos de la industria del tabaco y la nicotina.

A pesar de los importantes avances registrados en la reducción del consumo de tabaco, el surgimiento de los cigarrillos electrónicos y los demás nuevos productos de tabaco y nicotina representan una grave amenaza. Diversos estudios demuestran que el uso de cigarrillos electrónicos casi triplica el consumo de cigarrillos convencionales, sobre todo entre los jóvenes no fumadores.

«La historia se repite, ya que la industria tabacalera está tratando de vender a nuestros hijos la misma nicotina en unos envases distintos,» declaró el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

«Esta industria se dirige activamente a las escuelas, los niños y los jóvenes con nuevos productos que, en esencia, son trampas con sabor a golosina. ¿Cómo pueden hablar de reducción de daños cuando están dirigiendo a los niños la mercadotecnia de estos peligrosos productos que son sumamente adictivos?», aseveró.

Estas industrias siguen dirigiendo la mercadotecnia de sus productos a los jóvenes, utilizando sabores tentadores como los de caramelo y fruta. Una investigación realizada en los Estados Unidos de América reveló que más del 70% de los jóvenes que utilizaban cigarrillos electrónicos dejarían de usarlos si solo existieran productos con sabor a tabaco.

«De forma intencionada, estas industrias diseñan productos y utilizan estrategias de mercadotecnia pensados directamente para atraer a los niños,» afirmó el Dr. Ruediger Krech, director de Promoción de la Salud de la OMS. «El uso de sabores atractivos para los niños, como el de algodón de azúcar y de chicle, combinado con diseños elegantes y coloridos que se asemejan a juguetes, supone un intento descarado de generar adicción entre los jóvenes a unos productos nocivos.»

Estas tácticas engañosas ponen de manifiesto la necesidad urgente de contar con una normativa sólida que proteja a los jóvenes de una dependencia nociva para toda la vida.

La OMS insta a los gobiernos a proteger a los jóvenes para que no empiecen a consumir tabaco, cigarrillos electrónicos ni otros productos de nicotina mediante su prohibición o su regulación estricta. Recomienda, entre otras cosas, crear lugares públicos cerrados 100% libres de humo, prohibir los cigarrillos electrónicos aromatizados, prohibir la mercadotecnia, la publicidad y la promoción, incrementar los impuestos, aumentar la concienciación pública sobre las tácticas engañosas que utiliza la industria y respaldar las iniciativas de educación y concienciación dirigidas por jóvenes.

«Los jóvenes adictos representan beneficios para la industria durante toda su vida,» afirmó Jorge Alday, director de STOP en Vital Strategies. «Es por ello que la industria presiona de forma agresiva para crear un entorno, en el cual, engancharse resulte barato, atractivo y fácil para los jóvenes. Si los responsables de formular políticas no actúan, las generaciones actuales y futuras podrían padecer una nueva oleada de daños, caracterizada por la adicción y el consumo de numerosos productos de tabaco y nicotina, entre ellos los cigarrillos».

 

Foto: Freepik

Jóvenes defendiendo a jóvenes

Grupos de defensores de los jóvenes de todo el mundo se están posicionando contra la influencia y la mercadotecnia que aplica la industria del tabaco y la nicotina. Estos grupos están sacando a la luz estas prácticas engañosas y abogando por vivir su futuro sin tabaco. La última reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (COP10) contó con la participación de organizaciones juveniles de alrededor del mundo, que transmitieron un mensaje enérgico a los responsables de formular políticas: «Las generaciones futuras les recordarán como quienes les protegieron, o como quienes les fallaron y les pusieron en peligro».

La OMS reconoció el trabajo del Instituto de la Juventud de Tailandia, el Club de Abstinencia del Tabaco y Campaign for Tobacco-Free Kids, de Tailandia, Nigeria y Argentina, respectivamente. Sus líderes jóvenes e inspiradores están protegiendo a su generación de una industria que los percibe como beneficios, no como personas.

La colaboración entre los gobiernos, las organizaciones de salud pública, la sociedad civil y los jóvenes con capacidad de acción y decisión puede lograr un mundo donde la próxima generación esté libre de los peligros de la adicción a la nicotina y el tabaco.

Consumo en Bolivia

El «Informe mundial de la OMS sobre tendencias en la prevalencia del consumo de tabaco 2000-2030″, establece que en Bolivia la prevalencia del consumo tiene una tendencia decreciente significativa. En el pasado fue de 40,8%, mientras que en los últimos registros se redujo al 16,5%​​. Esto también se refleja al analizar por sexo y edad.

Las mujeres bolivianas han experimentado una reducción más pronunciada en el consumo de tabaco en comparación con los hombres​​.La prevalencia ajustada por edad para ambos sexos combinados en Bolivia es del 20,5%, siendo más alta entre los hombres. Esto sugiere la necesidad de enfoques específicos de género en las políticas antitabaco​​.

Fuente: OMS