IMPACTO. La compañía convirtió el reciclaje de los neumáticos en un negocio exitoso con impactos positivos en materia ambiental y social.
Mamut es una empresa boliviana que se está convirtiendo en un referente de cómo la innovación y la sostenibilidad pueden transformar un desafío ambiental en una oportunidad empresarial y social, impactando en las ciudades y en el rol de las empresas a nivel global.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO), el Skoll Centre, la Universidad de Oxford y la Saïd Business School, la incluyeron como caso de estudio, destacando su modelo de negocio único, sostenible e innovador.
Su historia se inició hace diez años y en este período demostró que es posible abordar los desafíos ambientales con soluciones sostenibles que además generan impacto social. Esto, bajo un enfoque de economía circular, que transforma residuos en recursos y que hoy es un ejemplo vivo de cómo la innovación puede cambiar la forma en que se construyen las ciudades y las economías.
La base del negocio
Cada año, se retiran aproximadamente 1.000 millones de neumáticos en el mundo, pero solo una pequeña fracción se recicla. En los vertederos, liberan toxinas que contaminan el suelo y los sistemas hídricos, y cuando se queman, emiten gases dañinos a la atmósfera.
Mamut encontró una alternativa en el reciclaje, pues al final de su vida útil, los neumáticos pueden convertirse en materia prima para la elaboración de productos útiles, además de generar oportunidades de empleo para pequeñas empresas que los recolectan y los ofrecen a fabricantes. Estos materiales reciclados pueden mejorar la infraestructura urbana y contribuir a una economía circular.
“Aunque Bolivia y Paraguay no producen neumáticos, nos llegan por programas de subsidios y contrabando. Nosotros desarrollamos una solución con menos mercado, menos tecnología y sin un sistema formal de recolección”, expresó el CEO de la empresa, Manuel Laredo.
Antonio Laredo, otro de los fundadores, agregó que “el gran cambio no son los productos, es cómo hacemos las cosas. Estos productos cambian los barrios, transforman la manera en que las personas usan el espacio público y privado. Cuando los barrios comienzan a reciclar y vender su basura para fabricar productos, podemos generar mucho trabajo”.
Innovación con propósito
El Grupo Mamut fue fundado por los hermanos Manuel y Antonio Laredo en Bolivia, y su historia y logros fueron incluidos como un caso de estudio en la nueva serie del Skoll Centre sobre innovación social, que incluye a catorce empresas sociales pioneras en la resolución de problemas sociales y ambientales.
El estudio de Mamut hizo énfasis en cómo la empresa desarrolló una industria basada en el reciclaje de neumáticos en Bolivia y Paraguay, dos países que no producen neumáticos pero que los reciben a través de programas de subsidio y de contrabando. En lugar de competir con el mercado informal que recolecta neumáticos, Mamut lo integró, creando una red de recolectores informales, llamados «eco-recolectores», que provee su creciente industria.
Las áreas destacadas
- Investigación y Desarrollo (I+D): La empresa ha invertido alrededor de 500.000 euros en un laboratorio de materiales sostenibles para desarrollar nuevas líneas de productos.
- Educación al Cliente: Realiza campañas para educar a los consumidores sobre el valor de los productos fabricados con caucho reciclado, promoviendo su aceptación en el mercado.
- Acceso a Financiamiento: Fue la primera empresa en Bolivia y Paraguay en obtener crédito bajo un programa de financiamiento que reduce las tasas de interés en préstamos para emprendedores.
Desafíos y aprendizaje
De acuerdo al estudio, el modelo de Mamut es único en América Latina, ya que ha logrado integrar los mercados formales e informales sin interrumpir su estructura social. Esto le permite generar demanda para las materias primas recicladas y mejorar los medios de vida locales.
Uno de los logros de Mamut fue su participación en la construcción de Mi Ekoparque Seguro en La Paz, Bolivia, como parte del Parque de Culturas y Madre Tierra.
Inaugurado en 2021, allí la empresa instaló 1.103 metros cuadrados de pisos seguros y acolchados, utilizando 4.523 kilogramos de caucho reciclado. Este proyecto no solo mejoró la seguridad de los espacios recreativos, sino que también tuvo un impacto ambiental positivo, salvando el equivalente a 94.847 árboles en un periodo de 10 años.