DISTINCION. El reconocimiento es considerado el Nobel medioambiental. Canaquiri y sus compañeras del pueblo kukama, lograron que el río Marañón fuera reconocido como sujeto de derecho.
Hace un año, por primera vez en la Historia de Perú, la Justicia concedió a un río personalidad jurídica, con derecho a fluir libremente y sin contaminación. El hito se alcanzó tras una larga lucha judicial encabezada por Mari Luz Canaquiri Murayari y la Asociación de Mujeres Huaynakana Kamatahuara Kana, que preside.
La resolución abrió la puerta a la protección de la Amazonía y dio un soplo de esperanza a la ardua lucha de Canaquiri, que acaba de recibir el Premio Goldman, considerado el Nobel medioambiental.
El fallo adoptado en 2024, determinó que el gobierno peruano había violado los derechos inherentes del río y le ordenó tomar medidas inmediatas para prevenir futuros derrames de petróleo en el río, ordenó la creación de un plan de protección para toda la cuenca y reconoció a los kukama como guardianes del río.
De esta forma se protegía el curso de agua de más de 1.600 kilómetros, que baja desde el glaciar Nevado de Yapura en los Andes peruanos, atravesando valles y bosques y llegando finalmente al río Ucayali para formar el río Amazonas, dando forma a una cuenca de 89 millones de acres.
El alma de la selva
El río Marañón y sus afluentes son el alma de las selvas tropicales del Perú y sustentan el 75% de los humedales tropicales del país. Alberga delfines rosados, nutrias gigantes de río, manatíes, caimanes negros y 156 especies de peces. Los bosques de la cuenca fluvial albergan miles de especies vegetales y son el hábitat del mono choro de cola amarilla peruano, una especie en peligro crítico de extinción, jaguares y osos de anteojos.
Además de sustentar una biodiversidad de importancia mundial, el río Marañón atraviesa tierras que albergan algunas de las mayores reservas de petróleo y gas del Perú. En 2014, la región concentraba el 40% de la producción petrolera del Perú, y los efectos han sido devastadores.
Desde 1997, se han producido más de 60 derrames de petróleo a lo largo del río. Además de los efectos sobre la vida silvestre y los medios de vida locales, proliferaron los problemas de salud; un estudio de 2021 reveló niveles elevados de plomo, mercurio, arsénico y cadmio en la sangre de los habitantes de las comunidades ribereñas.
En 2010, el gobierno peruano anunció un plan para construir 20 proyectos hidroeléctricos a lo largo del río Marañón. Hasta 2024, se había construido uno y se habían aprobado dos proyectos adicionales.

Mari Luz Canaquiri, la ganadora del premio Goldman, navegando en el río Marañón por cuya defensa acudió a los tribunales. Foto: Premio Ambiental Goldman.
Protectora del río
Mari Luz, de 56 años, es una mujer kukama que creció en Shapajilla, una comunidad a orillas del río Marañón. El río es sagrado para su pueblo. “Podemos defender utilizando nuestra cosmovisión, porque esa es una realidad que nosotras vivimos, que nuestros ríos son muy sagrados, son fundamentales, porque nos dan el agua para beber, es donde están los peces y donde están los seres no vivos”, señaló sobre la creencia popular de que los espíritus de los muertos residen en el fondo de las aguas fluviales.
La comunidad y decenas de pueblos indígenas, dependen del río para el transporte, la agricultura, el agua y la pesca. Su principal dieta es el pescado extraído del río. Por ello, las comunidades ribereñas son especialmente vulnerables a la contaminación del agua y, durante años, los lugareños han sufrido fiebre, diarrea, erupciones cutáneas y abortos espontáneos tras los derrames de petróleo.
Tras un importante derrame de petróleo en el río en el año 2000, Mari Luz representó a la comunidad junto con otros líderes y observó la escasa visibilidad de las mujeres. En 2001, fundó la Asociación de Mujeres Huaynakana Kamatahuara Kana («Asociación de Mujeres Trabajadoras» o «HKK»), que aborda los desafíos sociales, económicos y ambientales.
Para 2020, HKK había crecido hasta incluir 29 comunidades Kukama, lo que ayudó a posicionar a la asociación para actuar formalmente en defensa del río.

Aquí se aprecia la cercanía de la comunidad de Shapajilla al río Marañón. Foto: Premio Ambiental Goldman.
Un precedente
Por la misma época, casos exitosos de derechos de la naturaleza que otorgaban personalidad jurídica a ríos de Nueva Zelanda y Colombia abrieron las puertas para que la visión de Mari Luz se hiciera realidad. En septiembre de 2021, HKK, con el apoyo del Instituto de Defensa Legal, International Rivers y Earth Law Center, presentó una demanda solicitando el reconocimiento de la personalidad jurídica del río Marañón para protegerlo de derrames de petróleo y otras formas de destrucción.
Durante el proceso judicial, Mari Luz se convirtió en la cara visible del caso. Junto con HKK, organizó reuniones comunitarias, participó en conferencias de prensa y estuvo entre las pocas mujeres kukama que testificaron ante el tribunal. Mientras el caso avanzaba, múltiples derrames de petróleo en los ríos Marañón y Amazonas atrajeron mayor atención al problema.
En marzo de 2024, tras más de dos años de litigio, el tribunal federal falló a favor de los ríos Kukama y Marañón. La victoria representó un cambio radical en la protección no solo del Marañón, sino de todos los ríos y ecosistemas del Perú. Desde entonces, otras comunidades indígenas han presentado demandas similares para proteger otros ríos en todo el Perú. Fuera de Perú, el caso ha generado gran atención mediática y fortalece el movimiento por los derechos de la naturaleza en Latinoamérica. Hoy, Mari Luz y HKK apoyan la creación de un plan de protección fluvial.

La comunidad de Shapagilla, en Perú, ubicada en las riberas del río Marañón. Foto: Premio Ambiental Goldman.