MINERA. La empresa incorpora especies forrajeras y nativas. El objetivo es evitar la contaminación durante el proceso de producción.
Reforestar una roca caja. Una acción que no sólo evita la contaminación durante una explotación minera y garantiza que no se contamine el medio ambiente, si no, que permite generar un espacio para el desarrollo de pastos forrajeros y especies nativas. Eso es lo que está haciendo el Grupo Minero Sinchi Wayra en el Cerro Moropoto, cercano a las operaciones de Bolívar, en Oruro
La acción se desarrolla en el marco de sus compromisos de sostenibilidad y aplicando los criterio de ESG, lo que se traduce en programas para generar un impacto ambiental positivo en sus áreas de operación y así, inició un proyecto de reforestación y tratamiento de roca caja.
La roca caja es el material rocoso que rodea un depósito de mineral, es decir, la roca no mineralizada que está en contacto directo con el cuerpo mineralizado y que debe ser removida o gestionada durante la explotación minera. En lugar de dejarla expuesta al aire libre, el grupo minero está iniciando un proceso de recubrimiento de estos materiales. De esta manera, se reforesta el lugar y se asegura que este material no contamine el medio ambiente.
“La implementación de este proyecto consiste en reutilizar la caja roca, cubrirla con tierra agrícola y adicionar materiales como arcilla y cal para, además de reforestar el lugar, estabilizar el suelo y prevenir la formación de drenaje ácido”, explica Álvaro Portanda, subgerente de medio ambiente de la empresa.
En sintonía con el ecosistema
Además, la reforestación introduce especies forrajeras como el pasto llorón y el pasto brasilero. Estas plantas ayudan a mantener el área verde de manera continua, incluso cuando las especies anuales se secan. Esta estrategia no sólo mejora el paisaje, sino que también ofrece alimento para los animales que son criados por las familias.
El ingeniero agrónomo Max Emiliano Cornejo, líder del proyecto, explica que se han recubierto áreas del cerro con una capa de tierra de aproximadamente 61 centímetros de espesor, lo que permite posteriormente sembrar el lugar.
«Esto nace del objetivo de cuidar el ecosistema y además de pasto, estamos utilizando especies nativas que son del lugar, entre ellas la thola, la kiswara, la queñua y la retama. Estas especies también servirán como forraje para los animales que cría la gente del lugar», menciona Cornejo.
El desafío de la humedad
Uno de los retos en este proyecto es mantener la humedad necesaria para el crecimiento de las plantas, especialmente en época de heladas. Para ello, se han implementado técnicas de riego utilizando botellas recicladas, llenas de agua y perforadas en la base, lo que permite un riego por goteo constante, garantizando que las plantas reciban la cantidad adecuada de agua para su desarrollo.
El objetivo de Sinchi Wayra a largo plazo es continuar con estas iniciativas de reforestación. También se espera mostrar a la comunidad local que es posible cultivar nuevas especies en la región y aprovechar los recursos agrícolas disponibles de manera sostenible. Se trata de un proceso largo que ya está generando resultados positivos en el cuidado del medio ambiente y el entorno natural.