Para abordar estas preguntas en Bolivia, la Asociación Armonía realizó el primer censo del Chorlo Cordillerano en el país, del 21 de noviembre al 15 de diciembre de 2023. Este esfuerzo involucró a tres equipos que trabajaron juntos para estudiar 98 bofedales altoandinos en cuatro regiones críticas de Bolivia: las tierras altas de La Paz, el Parque Nacional Sajama junto con el altiplano de La Paz, el altiplano suroeste de Potosí y el altiplano sureste de Potosí. Los especialistas visitaron bofedales situados entre 2.900 y 5.100 metros sobre el nivel del mar en busca de esta especie, y recorrieron una distancia de al menos 106 kilómetros a pie.
A pesar de este esfuerzo extenso, solo encontramos 10 Chorlos Cordilleranos en dos sitios previamente conocidos. Desafortunadamente, no se descubrieron nuevas ubicaciones para esta esquiva ave en Bolivia. De los 10 individuos, seis eran adultos y cuatro juveniles.
Sajama y Potosí
En el Parque Nacional Sajama, se avistaron tres individuos (dos adultos y un juvenil), mientras que en el Altiplano suroeste de Potosí se observaron siete individuos (cuatro adultos y tres juveniles). No se encontraron individuos en las tierras altas de La Paz ni en el altiplano sureste de Potosí.
En Sajama, se observó a las aves alimentándose alrededor de manantiales de aguas termales con parches de bofedal entre grava. En la región de Potosí, los individuos fueron observados en una pendiente de 40 grados con agua fría goteando, rodeados por vegetación compuesta enteramente de bofedales. Además, se avistó un adulto posado en una roca a 20 metros de los bofedales, en una pendiente rocosa, después de ser perturbado. En este trabajo se documentaron 13 especies de aves playeras, incluidas 10 residentes y tres migratorias de larga distancia.
Un ecosistema afectado
Entonces, ¿qué está ocurriendo? ¿Qué factores podrían estar influyendo en la presencia de esta ave? Durante el censo, los investigadores recolectaron datos sobre perturbaciones. Detectaron evidencia de presencia humana en el 82% de los 98 bofedales visitados, ya sea por asentamientos cercanos o presencia de ganado. En el 74% de los sitios se observó la presencia de ganado, principalmente llamas.
Otra preocupación importante fue que muchos de los bofedales se encontraban inusualmente secos, lo que podría comprometer la disponibilidad de alimento para el Chorlo Cordillerano. De hecho, casi la mitad (47%) de los bofedales se encontraron en condiciones secas.
Tjalle Boorsma, director del Programa de Conservación de Armonía y participante de este censo, indicó que “la significativa presencia de humanos y ganado en los remotos y aparentemente desolados bofedales altoandinos podría estar contribuyendo a la escasez del Chorlo Cordillerano en la zona.
El impacto de la minería
Casi todos los lagos altoandinos en la región suroeste de Potosí han sido sometidos a actividades mineras para la extracción de litio, bórax y otros minerales. La extracción de litio, especialmente alrededor del salar de Uyuni, ha llevado a una extensa alteración del suelo debido al uso de maquinaria pesada.
Las operaciones mineras afectan los niveles de agua subterránea, ya que a menudo se bombea agua para la extracción de minerales o para limpiar los procesos mineros, lo que resulta en condiciones secas en aproximadamente el 47% de los bofedales visitados. «Es notable que el año 2023 experimentó un fuerte evento de El Niño, lo que exacerbó las condiciones secas en toda Bolivia”, explicó.
Aunque el Chorlo Cordillerano se considera raro, muchos bofedales aparentemente adecuados no albergaron a la especie durante el censo. Cabe destacar que el 27% de los sitios estudiados están dentro de áreas protegidas, pero aún enfrentan una significativa presión humana.
Sin regulaciones hídricas integrales y prácticas de manejo sostenible, estos bofedales en Bolivia permanecen bajo grave amenaza, se lee en el informe. Esto podría ayudar a explicar los bajos números de la especie observados en el censo de 2023.
“Mientras esperamos los resultados de los otros países, obtendremos una comprensión más clara del estado de conservación de esta ave residente, que evidentemente enfrenta más amenazas de las reconocidas previamente. Estos esfuerzos son cruciales para identificar las necesidades de conservación y las acciones necesarias para proteger a esta especie”, aseguró Boorsma.
Fuente: Asociación Armonía
Foto principal: Un adulto y un juvenil de Playero Cordillerano (Phegornis mitchellii) posados en una de las turberas. Arne Lesterhuis, Asociación Armonía.